El Ejecutivo provincial anunció la creación de una sociedad anónima estatal, de cara a realizar los trabajos de prospección y exploración minera, que no traen dividendos inmediatos, para bajarle el costo de intervención alas multinacionales que fueron a buscar a Canadá.

Redacción

Hay cosas que no se entienden demasiado e incluso parecen ilógicas, hasta que se comprenden algunos aspectos del funcionamiento de la actividad privada. Días atrás el Gobierno de la provincia de Mendoza anunció la creación de una sociedad anónima minera estatal, nombrada como “Impulsa Mendoza SA” (IMSA).

Según las fuentes consultadas y el propio Ejecutivo provincial, el objetivo de la firma es que asociándose con el capital privado se puedan “agilizar” procesos que atraigan inversiones para la explotación de la minería. Aparentemente, IMSA podría encargarse de hacer estudios de impacto ambiental o estudios de ingeniería necesarios para el desarrollo de un emprendimiento de esa actividad. Es decir, cumpliría el rol de empresa “junior”. Según la jerga del mundillo minero, son las firmas que se encargan de las tareas de exploración y prospección de los posibles yacimientos.

Oficialmente, dicho tipo de participación está comprendida en un objeto más amplio, que comprende los siguientes aspectos: “explotación, exploración, y adquisición de minas y canteras, de materiales ferrosos y no ferrosos, líquidos, sólidos y semisólidos, materiales metálicos y no metálicos; venta de sus productos y elaboración de los mismos, pudiendo a tal fin adquirir y enajenar minas y todo derecho minero dentro y fuera del país; hacer manifestaciones de hallazgos, solicitar cateos, socavaciones o restauraciones, minas vacantes, expropiaciones de superficie, servidumbres y cualquier otro derecho establecido en el Código de Minería». 

Asimismo, también tendría atribuciones para la «construcción y/o administración de parques industriales, de obras civiles, hidráulicas y viales, perforación de suelos y rocas para inyección, excavaciones de tierras y voladuras de rocas en superficies o subterráneas y elaboración, concentración, trituración, purificación, lavado, fundido, refinación y transporte de minerales».

Según la fuente, IMSA está concebida con la intención de realizar aquellas inversiones o tareas para las cuales el capital privado – sea nacional o extranjero – es bastante remiso hacer, a menos que pueda hacerse del oro y el moro en los contratos de concesión. Sin embargo, el objeto de la empresa es lo suficientemente amplio como para carecer de la intervención del capital privado, y que Mendoza en tanto provincia, ejerza la actividad minera por si misma.

Es más, IMSA en lugar de sociedad anónima con posibilidad de penetración del capital privado, podría haberse constituido como Sociedad del Estado. Pero, lo que no se explica claramente desde el Gobierno mendocino, lo hace la misma jerga de la actividad. Como se dijo, la empresa creada recientemente, estaría concebida para prestar servicios tipo “Junior”.

En la industria minera, una firma “Junior”, es aquella cuyas actividades principales son las de Prospección y Exploración en búsqueda de nuevos yacimientos metalíferos y no metalíferos. Estas empresas se financian generalmente con recursos propios (estatales en este caso), de grupos de inversión extranjeros, o con subcontratistas o subsidiarias de firmas multinacionales.

Rara vez, las Junior se abocan ala actividad específicamente productiva. Su rol es la detección de un posible buen proyecto, hacer escasas pero continuas inversiones para valorizarlo y hacer atractivo a empresas grandes; para luego darle a la Junior una “muerte gloriosa”. En criollo, que venga un gran inversor y compre el proyecto por una suma varias veces superior a la invertida durante las tareas de exploración.

¿Pero qué no hay empresas así operando en Argentina? Hay de a puñados. Sin embargo, una de las características de las juniors, es que en contexto de inestabilidad económica o procesos electorales, no inician actividades, no realizan inversiones, ni mucho menos “salen” a capturar un “novio”.

Por lo tanto, si Mendoza quiere dejar de estar a la sombra del “San Juan Minero” en esta actividad, para atraer los grandes a las grandes firmas del ramo, tiene que oficiar de “Junior”.

Así nació IMSA. No dieron mucha vuelta. Recientemente, representantes mendocinos explicaron y divulgaron el proyecto en la feria internacional de minería que se realiza anualmente en Canadá, donde Argentina acudió con los principales funcionarios del área energética y minera para “abrir las puertas al capital internacional para que haga negocios en el país”.

Veremos cómo la va a IMSA en este sentido. Por lo pronto, el gobierno provincial, no oculta que está dispuesto a sacarse de encima otros patrimonios estratégicos para financiar las actividades que le permitan en los próximos años llegar a la “muerte gloriosa”. Con la provincialización de Potasio Río Colorado (PRC)recientemente lograda luego de años de conflicto con la firma brasileña VALE, Mendoza no sólo recuperó el yacimiento de potasio, sino que también toda sus infraestructura y activos varios.

La intención del Ejecutivo mendocino no es la de hacer caminar PRC, sino de volver a entregarla en concesión, aunque previamente pondrá en venta las locomotoras, vagones y máquinas para colocar rieles que tenía la empresa VALE; que la provincia no piensa dejárselos al futuro concesionario, y que pretende liquidar para financiar IMSA.

En fin, un disparate considerable, habida cuenta de los conflictos que Mendoza tiene alrededor del tema minero, y que mediante el correcto ejercicio de la actividad por parte de empresas estatales, podría revertir esos problemas y potenciar industrial y logísticamente la provincia.

Sin embargo, la junior que busca novio no tiene interés ni en el amor ni en el bienestar. Quiere un candidato con plata por más que empeñe el futuro de toda su prole.

Fuentes: Gobierno de Mendoza / MZA On Line / Archivo Chasqui Federal