Según la cartera de Agricultura Nacional, las primeras proyecciones indican una caída de la superficie de entre 4% y 6%. Además de la falta de agua, influyen aspectos económicos y sanitarios.
Redacción
El cultivo del maní lleva al menos dos semanas de iniciado, y las tareas se extenderá durante el mes de noviembre. Principalmente desarrollado en la provincia de Córdoba, por sus características y desarrollo de mercados también su implantación se fue extendiendo en los últimos años por las provincias de Buenos Aires, La Pampa y San Luis en distintos rangos.
Si bien la campaña anterior fue buena, dados los efectos de la sequía en otros cultivos, y los rindes previstos, los informes de estimación agrícola emitidos por la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, indican que se sembrarán aproximadamente un 5% menos de hectáreas que la temporada anterior.
Según la Secretaría, la superficie manisera estimada para la campaña 2022-2023 es de 400.000 hectáreas; contra las 415.000 relevadas en el ciclo 2021/22. Se encargan de aclarar que la cifra está supeditada a las condiciones hídricas de las zonas de cultivo.
Desde la Bolsa de Cereales de Córdoba, estiman que la merma de hectáreas alcanzará el 6%, ya que prevén que se implanten algo más de 277 hectáreas. Debe tenerse en cuenta que en dicha provincia se produce el 90% del maní argentino.
Para la Bolsa cordobesa, la campaña 2021/2022 no fue “tan buena”. De allí que justifican que las expectativas estén ala baja, dado que entre las posibilidades de obtener un ciclo similar, más la sequía y la “pérdida de la rentabilidad” a causa del aumento de los arriendos, lleva a que los productores tomen sus recaudos.
Como las lectoras y lectores ya saben, la campaña recién arranca; y no se trata solamente de lo que depare el régimen de lluvias.
Fuentes: SAGyPN / Info Campo