Por un momento nos vimos eternos campeones del mundo. La tiraron larga y pensamos que llegábamos. Pero tan sólo un quiebre de cintura barrió nuestra sonrisa. Terminamos revolcados y comimos tierra.
Por Pablo Casals
En el marco del VIII Congreso de Producción y Desarrollo de Reservas “Invertir, Producir, Exportar”, que organiza el Instituto Argentino de Petróleo y Gas (IAPG), realizado en la Capital Federal, altos funcionarios, representantes y gobernadores patagónicos realizaron una lectura sobre la actividad de los hidrocarburos y dieron cuenta de perspectivas y pretensiones a futuro. Entre ellos participaron los mandatarios electos de Chubut, Neuquén y Río Negro.
Entre otras cosas plantearon que en el país se proyectan para 2030, unos 20.000 millones de dólares en exportaciones que provendrían del gas y del petróleo, donde el factor principal de esos ingresos lo proporcionaría Vaca Muerta.
Eso abre para el país y para la Patagonia como región una posibilidad de “autodeterminación”, que – según se dijo – debe materializarse en desarrollo de la región, incorporando infraestructura a cada yacimiento.
Para ello, las provincias deberán generar un acuerdo sobre el rol que debe “jugar el Estado en la promoción del desarrollo energético”. De allí que valoraron el apoyo de los Senadores al proyecto de Gas Natural Licuado (GNL), que debe ser tratado próximamente en la Cámara Alta luego de obtener media sanción en Diputados.
La nota más “federal” la dio el gobernador electo de Neuquén, Figueroa, quién se refirió a que además de Vaca Muerta, todos los yacimientos convencionales “maduros” que se encuentran en la región como los de Chubut y Santa Cruz, deben ser receptores de inversiones e infraestructura. Recalcó que incluso en el yacimiento estrella del momento, hay potencialidad de explotar convencional, pero las operadoras lo dejan de lado para volcarse al no convencional que es lo que les garantiza la ecuación de mercado.
Fue ahí donde nuestros ojos se abrieron grandes y comenzaron a iluminarse….
Con cierta resignación, expresaron que si esos yacimientos no se explotan o se les aplica el incentivo para la inversión “es gas y petróleo que se va a perder”. Por lo tanto, había que recuperar la iniciativa para nuestra propia autodeterminación.
Pero duró poco. Un quiebre de cintura.
Inmediatamente, reforzaron el criterio de federalismo de signo negativo, argumentando que no van a permitir que se metan con recursos que son de la provincia, pero entendiendo que se necesita de colaboración del Estado Nacional para que se generen condiciones favorables para las empresas, entendiendo que en las provincias se debe invertir y lograr la sustentabilidad social.
En definitiva: pedir ayuda de todos para resolver las dificultades para arrancar, y no compartir con nadie los beneficios de esa ayuda previa, dados los compromisos asumidos con las empresas.
En esta Redacción por un momento nos ilusionamos. Creímos que volvíamos al buen signo criollo de la Federación de ayuda mutua y reciprocidad entre provincias, ponderando los factores estratégicos nacionales.
Nos comimos el amague.
Fuente: IAPG