Tanto el Gobierno nacional como las entidades privadas que participan activamente en el proceso productivo, anunciaron la finalización de la cosecha fina: trigo y cebada. Sequía mediante, las cifras son las resignadamente esperadas.
Redacción
Según lo anunciado, se cosecharon 10 millones de toneladas menos que en la campaña anterior entre los dos cultivos. Oficialmente y también desde la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, para el caso del trigo, la producción alcanzó 12,4 millones de toneladas, de las 20,5 millones esperadas al principio de la campaña allá por el mes de julio.
El rendimiento promedio nacional fue de 22,8 quintales por hectárea (2,3 toneladas/ha); un 34,5% por debajo de la temporada previa (34,8 quintales) y 26,6% menos que el promedio de las últimas cinco campañas (31,1 quintales). Se habían sembrado 6,1 millones de hectáreas, de las cuales se perdieron más 655.000.
Así, comparativamente con la campaña anterior, la cosecha estuvo casi un 45% por debajo; además de ser la peor producción desde la campaña 2015/2016, cuando se habían obtenido 11,6 millones de toneladas.
Respecto de la cebada, la producción obtenida fue de 3,8 millones de toneladas, un 27% por debajo del récord histórico de 5,2 millones de toneladas suscitado en la pasada campaña 2021/22. Además, también sufrió una pronunciada baja de rindes: de un promedio en el último lustro de casi 43 qq/ha (4,3 tn/ha), se obtuvieron en promedio 30,3 quintales por hectárea.
La pérdida de hectáreas fue menor respecto del trigo, a pesar de mencionado anteriormente: 45.000 hectáreas quedaron sin producción sobre las 1.300.000 implantadas.
Fuente: SAGyPN / BCBB