Pal´Sur entrevistó al abogado Dr. Carlos Alberto Biangardi Delgado, Magister en RRII, escritor, Docente Universitario de la Universidad Católica de La Plata (UCALP) y la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), miembro pleno de la Asociación Argentina de Derecho Internacional, Coordinador del Departamento de Malvinas, Atlántico Sur y Antártida del Instituto de Relaciones Internacionales (IRI) de la UNLP y Secretario del Instituto de Derecho Internacional del Colegio de Abogados de la Ciudad de La Plata.
Por Luciano R. Moreno Calderón*
En esta nueva entrevista, se conversó sobre su balance en relación a la extinta gestión de Alberto Fernández en la Cuestión Malvinas, su pensamiento sobre lo que viene haciendo en sus primero pasos Mondino, Milei y la gestión libertaria en lo atinente a las Relaciones Exteriores en general y el Atlántico Sur en particular. El portazo a los BRICS, la vuelta al realismo periférico. La reunión de Milei con Cameron y la apátrida propuesta del Dr. Kohen y sus seguidores, que desde el Consejo Nacional de Malvinas seduce a la gestión libertaria.
“Se volvieron a privilegiar los negocios, como ocurrió con Cavallo, Menem, Di Tella, Malcorra y Faurie”.
¿Cuál es tu balance acerca de la gestión de Alberto Fernández, en relación a Malvinas?
Hubo una gran exposición, y una preocupación real por el tema. Sin embargo, los resultados no fueron lo que esperábamos, quizás porque se puso mucho énfasis en lo discursivo y no en los aspectos prácticos.
Una gran desilusión fue el 40 aniversario, donde nosotros pensábamos que se iban a poner en valor los hechos heroicos, pero se le dio un mayor valor a la cuestión diplomática, y se terminó cayendo en la trampa británica al hacer una serie de actos en la catedral anglicana y en diversos lugares del país con militares argentinos y británicos. Que si bien no estaban mal, estos rezos por la paz y declaraciones de camaradería, debieron estar precedidas por un gesto, al menos de la Embajada Británica, anunciando una nueva etapa en las relaciones diplomáticas dentro del marco de la solución del diferendo según lo estipula la Resolución 2056/XX.
Al contrario de esto, cuando terminaron los actos, la Embajadora terminó diciendo que la situación de las Malvinas, el Reino Unido no la iba a modificar. Es decir que, de alguna manera, pareciera que nos estábamos reconciliando con la ocupación de las Islas. Posiblemente el Gobierno de Alberto Fernández haya sido traicionado en su buena fe por la hábil diplomacia británica, pero eso no lo exculpa del error.
Fueron cuatros años muy distintos a la gestión de Mauricio Macri donde se pusieron en valor una serie de acciones que se habían dado durante las presidencias de los Kirchner y en ese sentido estuvo muy bien, pero me parece que terminamos el 40 aniversario y nos quedamos parados en el 2015.
¿Cómo ves que se perfila la situación en esta nueva gestión de Javier Milei?
En estos días de gobierno, y los anteriores a su asunción, y desde que se empezaron a conocer quienes iban a ser los responsables de la política exterior argentina vengo escuchando sorprendido algunas cosas: primero, antes de ser designada apareció la Canciller Diana Mondino, en un artículo publicado en Londres, diciendo que “había que escuchar los deseos de los isleños”, en total contradicción de lo que dice la Res. 2065/XX y la postura diplomática de siempre de la República argentina; y luego, lo que más sorprendió, fue cuando la escuche explicar cuáles eran las alianzas que debía tener nuestro país en el mundo actual, haciendo énfasis en que no podíamos ser erráticos, que teníamos que tomar partido, que el lugar de Argentina era con Estados Unidos e Israel y que no debíamos estar perdiendo el tiempo con el tema de los BRICS.
Pero lo que más sorprendió fue una apreciación que la prensa pasó por alto: “nosotros nos tenemos que vincular muy especialmente con los países que tienen valores democráticos y comercio libre, por lo que tenemos que vincularnos con los países de la Comunidad Británica de Naciones”. A mí me sorprendió porque esta señora atrasa 100 años. Volvemos a la época del presidente Roca hijo con la firma del tratado Roca-Runciman y la locura de la clase política argentina de aquel entonces de tener un estrecho vínculo con el Imperio Británico.
Luego se produce la salida de los BRICS: un lugar muy importante al que nosotros nos costó mucho que nos inviten a participar, donde está China, que, junto al Grupo 77+China es un apoyo muy importante en los distintos foros internacionales a nuestra postura sobre la recuperación de las Islas Malvinas.
Además han ocurrido una serie de hechos que realmente son bizarros, donde a uno lo hacen dudar si este grupo de gente sabe lo que está pasando en el mundo, en lo que respecta a las relaciones internacionales. Un ejemplo es el caso Taiwán.
Nosotros durante la presidencia del Gral. Lanusse, establecimos relaciones diplomáticas con la República Popular China, y ese restablecimiento de las relaciones implicó reconocer a este país como la China oficial y dejar a Taiwán en un claroscuro que con el tiempo se fue convirtiendo en lo que el gobierno chino llama la provincia rebelde: y que cada vez menos países reconocen como Estado soberano. El problema es que hace unos días se encuentran en la Cancillería la Canciller Mondino con una representante comercial de Taiwán, y le da prácticamente el trato de una representante oficial, produciendo un problema diplomático muy grande.
Y todo esto que te cuento termina siendo una concatenación de errores potenciados, que más bien son horrores, como cuando el presidente Milei, en campaña, hablaba de no tener relaciones con Brasil ni con China, que son nuestros máximos compradores.
Todas estas cosas no son gratuitas. Incluso nosotros estamos endeudados con China, y en esos días de la reunión de la Canciller Mondino con la representante de Taiwán, se pudo ver un video de un diputado del partido oficialista que decía “cambiamos el swap chino por cajas navideñas”. Luego de eso se conoció la decisión del Xi Jinping de decir “bueno, devuélvanos el dinero”.
Este nivel de improvisación, que realmente no se esperaba, no ocurría con Di Tella ni con Malcorra; Faurie era bastante bizarro al punto que llego a decir “el pueblo de las Islas Malvinas” (al cual se le puede cargar mayor responsabilidad porque es un funcionario de carrera de la Cancillería). Pero esto es una cosa extraña. Encima ahora, por irnos del BRICS tenemos problemas también con India, que es un país muy importante en nuestras vinculaciones internacionales.
Es decir, tenemos problemas con Brasil, con China y con la India, y el discurso es que nos tenemos que integrar a los países que pertenecen a la Comunidad británica de Naciones.
Lo de lo los BRICS me parece lo más grave de todo, porque es un club al que uno ingresa y que cuesta mucho de que lo acepten. Sobre todo cuando escucho las declaraciones de la propia Canciller Mondino diciendo que “nosotros tenemos que dedicarnos a trabajar, no podemos estar en todos lados”. Es decir, para la responsable de la diplomacia argentina es perder el tiempo estar en los BRICS pero no lo es recibir cajas navideñas de una provincia China, que nosotros hace 50 años no la reconocemos como Estado Independiente.
¿Existe una idea de volver a lo que Escudé llamaba el Realismo Periférico?
Puede ser. Pero yo te diría que lo actual es realismo mágico. Es García Márquez puro.
Nosotros, a través del Instituto de Relaciones Internacionales (IRI) de la UNLP nos hemos vinculado con el Instituto Confucio y yo personalmente con la profesora Minli, de la Universidad de Relaciones Internacionales de Xi´an, donde pude comprobar personalmente la responsabilidad con que trabajan los chinos, que hoy no deben poder entender como los argentinos cambiamos de la noche a la mañana en contra de nuestros propios intereses: ya tenemos a Brasil, a la India y a China en los BRICS, nuestros mayores compradores de commodities.
Los países que esta gestión imagina como los prioritarios para vincularnos, son precisamente los países que apoyaron al Reino Unido durante la guerra de Malvinas o los que no entienden el reclamo argentino. Yo no digo vincularnos con uno y no vincularnos con otros, lo que digo es que debemos vincularnos con todos tratando de tener la mayor autonomía posible. Esto se logra si nosotros no nos aliamos incondicionalmente con nadie.
Milei se reunió en Davos con David Cameron. ¿Qué te pareció la reunión en sí y lo que dijo sobre Hong Kong?…
Hay un aspecto de tipo formal y otro del fondo de la cuestión.
Desde lo formal, es observable que el presidente de la nación se reúna con un Canciller. Otra cosa sería si hubiera estado el Primer Ministro del Reino Unido con Cameron, porque ahí el presidente de la Nación Argentina con su canciller Mondino se reunía con ambos. De lo contrario, como ocurrió, es bajarle el precio a la jerarquía del presidente argentino. Si bien cuenta la leyenda que habría sido Cameron quien dijo que quería conocer a Milei, podría haberlo conocido en un pasillo o darle la mano, pero ya tener una reunión, no es acorde a la jerarquía.
Yo recuerdo que, más allá de la precariedad de la política exterior del Gobierno de Alberto Fernández, en una oportunidad se reunió con Boris Johnson, pero era el Primer Ministro Británico. A mí me preocupan estos detalles, porque es la manera en que el Reino Unido nos ve: cualquiera de sus secretarios puede hablar con el Presidente de la Nación.
Pero si vamos al fondo de la cuestión vemos algo grave: la posición de la Canciller Mondino de haber ido a Londres a decir que había que escuchar los deseos de los isleños y que tenemos que vincularnos de forma privilegiada con los países que integran la Comunidad británica de Naciones (cosa que es un retroceso de 100 años en un contexto completamente diferente, donde el Reino Unido es una potencia de segundo orden). Es decir; se repite la historia de Di Tella, de Faurie y Malcorra, donde la idea es privilegiar los negocios con los británicos, en una relación donde Malvinas solo es una parte de la Agenda.
En este sentido estuvo muy bien el Canciller Cafiero y Alberto Fernández cuando le dijeron a Boris Johnson que se hablaba de Malvinas o no se continúan las negociaciones. Porque el problema no es solo el que nos presentemos ansiosos de volver a una relación privilegiada con el Reino Unido, sino que de esa manera nos tratan. Porque David Cameron -como en su momento dijo Tony Blair a las autoridades argentinas- no solo esta interesado en los vínculos comerciales con la Argentina, sino que también expresó: “nosotros los vamos a ayudar en las modificaciones que quieren hacer en la economía”. Es decir, ellos adoptan una actitud paternal con respecto a nuestro país y esto tiene una razón histórica en la raíz de como evolucionó la argentina independiente.
Boris Johnson escribió un artículo cuando estuvo en la reunión del G20 que se realizó en Buenos Aires, expresando “no somos hermanos, pero somos prácticamente primos” y esto es un fiel reflejo de lo se había dado a llamar la Ecuación Anglo-Argentina: en la cual Argentina es un país independiente políticamente, pero dependiente de un Reino Unido que acaparaba prácticamente las compras de todos los commodities de la Argentina, le da asistencia financiera y le vende las manufacturas, en un balance que, como dice Scalabrini Ortiz, era siempre positivo para Reino Unido.
En esta ecuación mientras nosotros vendíamos materias primas cada vez más baratas, el Reino Unido nos vendía sus manufacturas y asistencia financiera y de esa manera nos mantenía siempre endeudados. Es decir, ese escenario argentino de hace 90 años, no es algo a lo que sería bueno volver, como lo plantea el discurso de la administración actual.
Acá hay una idea madre, que podría ser parecida a lo que Escudé llama el Realismo Periférico aplicado en los 90, pero creo que eso es mucho más serio. Esto que se está tratando de implementar ahora es un “realismo mágico”.
En aquella época, cuando estaba el Canciller Cavallo, la idea era “economizar las relaciones exteriores argentinas”, eso volvió un poco con Malcorra y Faurie y se profundiza ahora con Mondino, con la diferencia que en la época de Menem esto puede ser analizado con una actitud benevolente porque había caído el Muro de Berlín, se habían establecido las pautas del Consenso de Washington, y se creía con Fukuyama que había llegado el fin de la historia; entonces podía uno ilusionarse o confundirse en que no había otro camino.
Pero cuando llega Macri y Malcorra, ya estaba el fracaso de lo que había sido la política exterior de Di Tella. Quiere decir que ya en época de Macri era muy raro recorrer el mismo camino; ahora esto es bizarro, porque es equivocarnos por tercera vez, pero, además, romper lazos importantes con países emergentes. Un error que ya cometimos cuando nos fuimos del Movimiento de los Países No Alineados de la peor forma: situación que esos países aún no olvidan.
¿Puede que haya una posibilidad de que otro presidente quiera volver a los BRICS?
El tema es que no se puede jugar con el prestigio internacional de los países.
Puede que haya un gobierno de otro signo político que quiera volver a los BRICS, o de este mismo que recapacite, pero hay que ver si nos abren la puerta, porque para ello se necesita la aprobación de todos los países que los componen y que rechazamos. Hicimos un gran esfuerzo para estar ahí, porque en ese lugar están las economías emergentes más importantes del mundo y fuimos nosotros quienes le cerramos la puerta unos días antes de la sesión inaugural.
Es muy extraño, porque se podría haber ido a la reunión, tener una posición formal, no ser un socio colaborativo pero ocupar el espacio, en vez de decir “acá no vamos porque nuestros valores están en otros lados, como ser la apertura del comercio y los que tienen las Comunidad británica de Naciones”.
Volvemos a la década del 30´. Y no debemos olvidar lo que los británicos nos pidieron más que a sus ex colonias para abrirnos la puerta en aquel entonces.
Otro factor de análisis es que, si bien el Reino Unido es un país importante, luego de la Segunda Guerra mundial es un país de segundo orden. Entonces aliarnos incondicionalmente con quien está en decadencia y no sabe cómo salir del problema que le ocasionó irse de la Unión Europea, y enemistarnos con los que están surgiendo como nuevos lideres en el mundo, es realmente un preocupante atraso de 90 años.
Con respecto a Malvinas estamos en la misma situación que con Menem y Macri, con el agravante que ya sabemos que estas dos estrategias fracasaron.
Todos los días pasa algo distinto. El otro día vi que el nuevo buque rompehielos británico que está matriculado en Malvinas cruza aguas jurisdiccionales argentinas para ir a Chile, cambia la bandera para ingresar al puerto de Punta Arenas y pone la bandera del Reino Unido. Esto es algo muy grave porque es una violación a la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR), y es una práctica común del Reino Unido, que por una cuestión política -para darle gordura a la administración colonial- registra el buque en las Islas Malvinas, para que tenga la ilegitima bandera de la colonia británica.
Ahora, de acuerdo a las CONVEMAR, el buque no puede cambiar de bandera para entrar en un puerto, tiene que entrar con la bandera que responde a su registro, y la bandera es la de la colonia británica en Malvinas, y no la del Reino Unido. Cambia antes de ingresar la bandera, porque si ingresa a Punta Arenas con la bandera ilegítima de Malvinas, está contraviniendo las normas del MERCOSUR, y no es la primera vez que esto sucede.
Ahora, por otra parte, esto fue el 11 de enero, y todavía no conozco que haya habido una nota de protesta de la Cancillería Argentina, ni una denuncia ante la Organización Marítima internacional. Me da la impresión que la nueva administración no está muy alerta de estas cosas y que, como bien terminó expresando Milei luego de la reunión con Cameron, Malvinas es solo un ítem más de la relación con el Reino Unido, así quedo expuesto cuando expuso que se habló de economía, comercio y también se habló de Malvinas.
Y este relegamiento de Malvinas es una situación que no corresponde, porque si somos un país que tiene parte de su territorio usurpado por el Reino Unido, lo lógico es que la conversación empiece con el tema más importante (que es la usurpación de Malvinas) y luego se hable de los negocios, que son algo accesorio. Lamentablemente, acá se volvieron a privilegiar los negocios, como ocurrió con Cavallo, Menem, Di Tella, Malcorra y Faurie.
¿Entonces vos creés que tampoco se habló de la Cuestión Hong Kong vinculado a Malvinas?
Creo que no.
Ese tema de la Cuestión Hong Kong, como Gibraltar, y todos esos conflicto que los británicos han tenido y tienen por la soberanía territorial de territorios usurpados, trato de no vincularlos con Malvinas (aunque a los autores y diplomáticos argentinos les encanta compararlos), porque en ninguno de estos conflictos el Estado que fue usurpado ha tenido la actitud de dignidad que tuvo siempre la República Argentina, de no renunciar a su soberanía por ningún tratado, mantuvo el reclamo desde 1833 a la fecha; y además ninguno tiene una resolución como la 2065, que es favorable a la Argentina.
Todos los otros casos son distintos y en el caso de Hong Kong hay una falacia: Argentina perdió el tren de la historia y hace prácticamente 50 años que viene en decadencia, y en esos 50 años China se convirtió en una potencia mundial; quiere decir que si China no recuperaba Hong Kong por la vía diplomática lo iba a hacer por la fuerza. ¿Qué interés puede tener el Reino Unido en llegar a un acuerdo similar con la República Argentina, si Argentina no es un obstáculo para que ellos permanezcan en el lugar, y, más aún, si periódicamente tienen la suerte de que llegan al poder gobiernos que tienen una mirada benévola con respecto a la usurpación británica?
¿Estando Marcelo Kohen en el Consejo Nacional de Malvinas, con una propuesta parecida a la Hong Kong, es posible que el gobierno nacional le dé un impulso como alternativa para lo que pretenden hacer con Malvinas?
La propuesta de Kohen, es peor que aplicar el caso Hong Kong a Malvinas
El tema es que hay un error conceptual que yo llamo la “utopía juridicista de la inteligencia argentina” que consta en no ver que acá hay una relación de fuerzas y poder. Las Cuestión Malvinas no solo es un jurídica, sino también política. Lo jurídico va a resolver cómo solucionar el problema, luego de que la política esté dispuesta a asumirlo, y el Reino Unido no está dispuesto a hacerlo.
Yo hace un tiempo analicé en un artículo que publique en la Revista de la Universidad Católica de Salta hace dos, donde analice que la propuesta de Kohen, como otra propuesta que tuvo un premio de la Secretaria de Malvinas (durante la Gestión de Filmus 2015). Dos propuestas que son parte de un realismo mágico, luego premiado por el Estado Argentino y que nos va a conducir a un resultado adverso al que pretendemos.
Yo estimo, que sin virar al proyecto de la solución Hong Kong pueda ver con buenos ojos la propuesta de del Dr. Kohen, que a la larga lleva a la aplicación de la autodeterminación de los pueblos.
Siempre los argentinos miramos para atrás. El otro día un colega me decía “tenemos que volver a los acuerdos de Comunicaciones”. Pero hay que ubicarnos en tiempos y espacio.
Después de los acuerdos hubo una guerra, y los kelpers participaron abiertamente en la guerra a favor de los británicos y se sienten muy orgullosos de haber contribuido con la victoria del Reino Unido. Por lo que no se puede volver a una situación como la de los Acuerdos de Comunicaciones: primero porque el Reino Unido le proveyó a las Islas Malvinas de todo el desarrollo económico y logístico que necesita para no depender de la Argentina, aunque sigue dependiendo de algunas cuestiones del continente, pero no como antes.
Acá no hay ninguna posibilidad de que la propuesta de Kohen que puede enamorar a la actual administración resulte favorable a la República Argentina. Todo lo contrario, nos va a terminar llevando a la aplicación del principio de la autodeterminación de los pueblos, a admitir la independencia de las Islas Malvinas, o convertirla una entidad autónoma dependiente del Reino Unido.
Yo temo, por el desconocimiento tiene la administración actual y el desinterés del tema, que terminen aceptando una propuesta como esta que aparenta ser muy seria y acorde al derecho internacional, pero que nada tiene que ver con la política de poder actual.
*Director del portal Pal’Sur. Integrante de Unión Malvinizadora Argentina.
Fuente: Pal’ Sur