Los municipios de Tandil, Balcarce, San Cayetano, Lobería y Ayacucho realizan gestiones conjuntas ante autoridades provinciales y nacionales, con el objetivo de la reactivación del tren de cargas que en su momento unía esos municipios con el puerto de Quequén.
Redacción
La iniciativa de los intendentes del sudeste bonaerense, radica en una demanda que se viene manifestando desde hace unos años atrás, cuando
comenzó a barajarse la posible reactivación y el regreso del tren de cargas, algo que tendría un gran impacto para toda la región”. Asimismo, días pasados se conoció también que el presidente del Consorcio portuario, Jorge Álvaro, mantuvo reuniones con otros intendentes de la región, como los de Tres Arroyos y Adolfo Gonzáles Chávez.
Lunghi, intendente de Tandil y uno de los principales interesados, explicó que la posibilidad de volver a contar con el servicio ferroviario a puerto, sería de suma importancia para la región. Asimismo, hizo mención a unos de los temas que fuera abordado por esta Redacción oportunamente: Tandil posee la habilitación de una zona aduanera especial, que permite a empresa y productores del municipio realizar los tramites de exportación en origen, ahorrando costos operativos. Lo que necesitan ahora, es tener disponibilidad de una terminal portuaria de cercanía y un flete barato hacia la misma.
Las distintas consideraciones vertidas por los mandatarios de los municipios mencionados, pueden resumirse en los dichos del intendente de Lobería, Juan José Fioramonti; quién afirmó que están pensando “en el desarrollo regional. Nuestros pueblos crecieron a la vera del tren de carga y del tren de pasajeros, en muchos casos coinciden nuestras estaciones con las fundaciones de nuestros pueblos y lo que hoy estamos planteando nuevamente es la necesidad de fortalecer esa regionalización”.
Los intendentes tendrían el apoyo del Presidente del Consorcio de Gestión de Puerto Quequén. De avanzar en la iniciativa, el gobierno provincial debería movilizar el reacondicionamiento y recuperación de la traza ferroviaria en varios sectores de la región, dada las cantidad de kilómetros de vías levantados durante los años ’90 y la “década ganada” (ver imagen que ilustra la nota, donde los ramales levantados se representan con la línea punteada).
Resta saber oficialmente, que piensan al respecto las demás sillas del Directorio del Consorcio. A priori, se supone que si el Estado financia las obras, no habría inconvenientes. De lo contrario, las multinacionales Camargo Correa, Bunge o Jan de Nul – por nombrar tres de las operadoras en distintos servicios y funciones que hacen a Puerto Quequén – seguramente se expresarían por la negativa.
No se trata de una especulación periodística. Cerca de tres décadas después de la liquidación de la Junta nacional de Granos, la norteamericana Bunge (titular de Terminal Quequén) jamás pulseó por reforzar la capacidad de transporte y maniobra del puerto. Mucho menos, lo va a hacer a días de que finalice su concesión sobre las instalaciones de la ex Junta.
La brasileña Camargo Correa se encargó de deprimir todos los ramales heredados del grupo Fortabat, salvo el que confluye en el Puerto de Buenos Aires. Por tanto, salvo que las condiciones de recuperación de los trazados en desuso o levantados sean convenientes a su operatoria, será difícil que se manifiesten.
La belga Jan de Nul se encarga del dragado de sitios de atraque y canal de acceso. Si la vuelta del tren implica mayor demanda de operatoria portuaria y por ende mayor demanda para sus funciones, es posible que acompañe la iniciativa siempre y cuando se realicen las modificaciones necesarias al contrato de servicios.
Lo necesario para la situación regional, sería que además de las condiciones logísticas, se ponga el acento en el procesamiento, agregado de valor y consolidación de bienes finales en origen; además de recibir cargas de otras regiones del país como ser la cuenca del Paraná, Córdoba y resto de zona núcleo.
Lo expresado en el último párrafo es la expresión de deseo de esta Redacción: la vuelta a una Argentina navegante, cuyo comercio exterior se ejerza desde los puertos marítimos, y los ríos interiores sean utilizados sólo para cabotaje.
Fuente: La Capital MDP / Globalports