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Resultados de los cultivos invernales tucumanos

Ya a punto de concluir la cosecha triguera en el noroeste, el INTA publicó un informe respecto de los resultados actuales, y un balance histórico de las campañas agrícolas desde 2014 para el trigo y el garbanzo.

Redacción

El Instituto Nacional de tecnología Agropecuaria (INTA), dio a conocer un estudio desarrollado desde su Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC), provincia de Tucumán, referido al comportamiento de los cultivos de trigo y garbanzos.

Según el informe, la superficie cultivada con trigo fue estimada en 81.290 hectáreas; un incremento respecto de la campaña pasada de un 23% (15.260 ha). En el garbanzo también se registró un aumento en el área cultivada, de un 39% (4.890 ha).

Asimismo, el trabajo presentó una característica adicional a lo habitual, ya que la totalidad del mismo se habría desarrollo utilizando imágenes obtenidas por los satélites Sentinel 2A y 2B MSI, correspondientes al 31 de julio, al 15, al 20 y al 30 de agosto y al 9, y al 14 de septiembre de este año.

Así, el análisis de la variación del área triguera en los departamentos con más de 7.000 ha cultivadas muestra aumentos de superficie en todos los distritos. Los mayores incrementos se constataron en La Cocha y en Burruyacú (4.900 ha y 4.290 ha, respectivamente). Le siguen Cruz Alta (2.630), Graneros y Leales (en ambos casos, con valores cercanos a las 1.800 ha). El análisis en valores porcentuales destaca los departamentos La Cocha, Cruz Alta y Graneros, con incrementos del 59%, de un 35% y de un 34%, respectivamente.

Respecto del garbanzo, el área cultivada de la legumbre creció, en relación a la campaña 2022, un 39% (4.890 ha). El detalle por departamentos con más de 1.000 ha implantadas con garbanzo revela incrementos de superficie en todos ellos, con excepción de Cruz Alta, que presentó una reducción de 760 ha (un 18%). En Burruyacú y en La Cocha se dieron los mayores aumentos en hectáreas: 2.710 ha y 2.120 ha, respectivamente. En Graneros y en Leales los crecimientos rondaron las 450 ha en cada caso. En términos porcentuales se destacan los aumentos de los departamentos situados en el sur provincial, Graneros y La Cocha, con valores de 237% y 166%, respectivamente.

El estudio asimismo, presenta una serie de datos y análisis que explicarían los motivos de los resultados mencionados. Por ejemplo, que las precipitaciones registradas hacia el final del verano y principios del otoño, posibilitaron que el inicio de la campaña de cultivos invernales en 2023 se caracterizara por presentar perfiles de suelo con adecuados contenidos de humedad.

Las buenas condiciones iniciales de humedad, sumadas al hecho de que no se produjeron heladas de importancia agronómica durante el ciclo de los cultivos, favorecieron el desarrollo en general.

Esa mayor disponibilidad de humedad en los suelos en la presente campaña posibilitó el aumento de superficie de los cultivos de trigo y de garbanzo en la provincia, mientras que la escasez de precipitaciones estivo-otoñales en campañas anteriores determinó reducciones de la superficie implantada, como lo demuestra la evolución de la superficie con trigo y garbanzo en la última década. El informe hace un análisis del periodo 2014 – 2023 de ambos cultivos.

Respecto de la superficie con trigo, la serie se inicia con alrededor de 80.000 hectáreas en 2014. Posteriormente se detecta una tendencia alcista que se mantiene hasta 2017, ciclo en que se registra el máximo de la serie (121.750 ha). En 2018 se produce una marcada reducción de la superficie (un 40%), que coincide con la predominancia de suelos con bajos perfiles de humedad al inicio de campaña. En 2019 se observa un leve aumento (un 23%); en 2020 se registra nuevamente una caída (un 7%). El ciclo 2021 presentó valores prácticamente similares a los del 2020. En la campaña 2022 se constata un nuevo decrecimiento de la superficie cultivada (un 20%), con lo cual se llega al valor mínimo de la serie (66.030 ha). En 2023 se detecta un aumento (un 23%), con un valor de superficie cercano al registrado al inicio de la serie.

En cuanto al cultivo de garbanzo, la serie se inicia con el valor mínimo (8.310 ha). En 2015 la tendencia se vuelve ascendente con un aumento del 72%, para revertirse en 2016, con una merma del 21%. En 2017 se constata un incremento (un 47%) y en 2018 se registra un leve aumento en relación a la campaña precedente (un 5%). En 2019 se detecta un decrecimiento (un 31%), con una importante merma en la superficie respecto del ciclo precedente. En 2020 y en 2021 se aprecian leves subas en relación a la campaña anterior. El ciclo 2022 presenta un leve decrecimiento (un 4%); y en 2023 se constata un importante aumento (un 39%), con lo que se alcanza el máximo del período analizado, con un valor levemente superior al registrado en 2018.

Fuente: INTA / La Gaceta

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