La postura europea respecto de Rusia y del gas que ésta les provee, ha llegado a tal nivel de ridiculez, que tanto Putin como Erdogan han anunciado la construcción de un centro de distribución regional del hidrocarburo, que podría abastecer al convulsionado continente. Parece un chiste, pero es la pura geopolítica de los negocios
Redacción
Tras la caída del servicio de los gasoductos Nord Stream 1 y 2 que abastecían de gas natural proveniente de Rusia a Europa Occidental, ya se anunció a viva voz, el acuerdo entre Putin y Erdogan para vehiculizar el flujo gasífero vía Turquía.
Recuerden que días atrás, el mandatario ruso había propuesto crear en territorio turco una gran playa de transferencia gasística para Europa; aprovechando los ductos ya existentes y sumando nueva infraestructura. Erdogan, el presidente turco, ni lerdo ni perezoso, afirmó públicamente que el acuerdo con Putin al respecto ya estaba cerrado, y que se creará “un centro con gas turco proveniente de Rusia»; y de esa manera, “Europa puede obtener su gas natural de Turquía», afirmó Erdogan.
Ninguno de los dos mandatarios lo planteó en esos términos. Pero la iniciativa parece una chanza al sinsentido de las decisiones europeas de los últimos meses respecto de la provisión de gas por parte de Rusia. Si el problema es que Europa no le quiere comprar gas al gigante euro asiático, Putin se los resolvió: que la Unión Europea compre vía Turquía, el gas ruso.
Una simpática tomada de pelo que viene genial en términos geopolíticos de cara a sumarle problemas a Estados Unidos e Israel en la puerta a Medio Oriente. Erdogan incluso ya anunció que el centro logístico se construiría en la región turca de Tracia, cerca de la históricamente conflictiva frontera con Grecia.
Rusia por su parte, manifestó que el gasoducto South Stream, que estaba en construcción hace una década, tenía una capacidad de transporte proyectada de 63.000 millones de metros cúbicos anuales. Volumen que se existir demanda suficiente podría canalizarse a través de Turquía. Sólo haría falta acondicionar la red de transporte.
Recogiendo el guante, desde Turquía afirmaron que esto último era técnica, económica y políticamente posible, y sería “cumplir el sueño” de que Ankara se convierta en centro gasístico de la región.
Fuente: France 24 / EuroNews / Rusia Today