Así lo afirmó el Gobernador Vidal en el marco de su visita al astillero de Caleta Paula, para supervisar las obras de reparación del buque de propiedad provincial, “Liliana”.

Redacción

La provincia de Santa Cruz posee un pesquero, el “Liliana”. El buque había sido entregado para la explotación de un privado y actualmente se encuentra en reparaciones que finalizarían a mediados del corriente mes.

Dada la inminencia de la vuelta a la operatividad del barco y la coyuntura económica, la provincia se convertiría en armadora. Así lo anunció el Gobernador santacruceño, Claudio Vidal, que consideró que el buque prestará una función fundamental para palear la situación en “un momento económico muy complicado porque hay casi un 50 por ciento de pobreza en Santa Cruz”. 

Según Vidal, el interés de su gestión es que el “Liliana” navegue para la provincia, y con el producto abastecer los comedores y escuelas de Santa Cruz debido. Según declaró el mandatario, el 15 de marzo posiblemente el barco estaría en condiciones para navegar, de hacerlo en beneficio del pueblo santacruceño y no de un concesionario.

Por otro lado, Vidal volvió sobre las intenciones de ampliar el astillero del puerto de Caleta Paula, de cara a reparar buques nacionales y extranjeros.

Según sus propias palabras, están escuchando “ideas” del sector privado para aumentar la capacidad de producción de la fábrica. Vidal sostuvo que la oportunidad está caracterizada en que hacia el sur no hay enclaves de reparación naval, y desde Caleta Paula se podría ofrecer un “gran servicio a toda la flota de buques que tiene la Argentina y barcos extranjeros”.

Visto así el proyecto parece interesante. El pequeño detalle está dado por el riesgo que representa esto para el ejercicio de la soberanía nacional sobre los recursos pesqueros estratégicos. Si bien Vidal no especificó la naturaleza de los servicios que se podrían prestar, existen dos realidades en nuestro Atlántico Sur: por un lado, el saqueo pesquero legalizado por la invasión británica en Malvinas donde hay acuerdos con las flotas pesqueras de España, Tailandia, Corea Del Sur, Taiwán y China. Por otro, la pesca ilegal china desde la milla 201.

Ambas situaciones y movimientos de embarcaciones, requieren periódicamente de reparaciones navales, que hasta el momento se realizan en Montevideo, Puerto Argentino – en Malvinas -, y hay fuentes que afirman que Punta Arenas prestaría el mismo servicio.

El riesgo que armadores o astilleros argentinos se plieguen a esto, está latente. Durante uno de los tantos conflictos que mantuvo el sector durante 2023, una de las propuestas que se habían puesto en consideración fue la de prestar servicios de reparaciones y abastecimiento a las flotas ilegales.

Resta conocer cuál es la propuesta que los privados del acercaron al gobernador Vidal. La necesidad tiene cara de hereje, y ceder soberanía ante la necesidad no es algo nuevo en Argentina.

La solución sería construir una flota pesquera nacional propia que pueda operarse en conjunto con las provincias. Eso movilizaría tanto la cadena naval como la pesquera, y se resolvería parcialmente el problema de soberanía pesquera: una flota nacional con puerto cercano y protección disponible, siempre es más rentable, rápida y eficiente que las flotas saqueadoras.

Fuente: Gobierno de Santa Cruz / Reporte Pesquero