Columna destinada a mover la cabeza. Si temes hacerlo, no la leas. Traemos aquí hoy, de la mano del profesor Miguel Ángel Barrios*, la que él mismo denomina “partida de nacimiento del pensamiento latinoamericano”: la obra de Juan Pablo Vizcardo y Guzmán.
El Editor Federal
Ante la fragilidad actual de nuestra conciencia histórica y el nuevo relato histórico del viejo mitrismo traducido en un neomitrismo con Milei, debemos responder con un nuevo revisionismo sudamericano.
Un nuevo mañana nos obliga a repensar un nuevo ayer, porque la política como repitió mil veces Jorge Abelardo Ramos “es la continuación de una lucha lejana”.
La conciencia histórica es el prerrequisito de una conciencia nacional para las nuevas tareas políticas del hoy, de allí la importancia de ir donde empezó: Juan Pablo Vizcardo y Guzmán.
Miranda es el Precursor, pero Vizcardo es el Pensador, será el primero que plantea una Patria común, una cultura común y un porvenir común o decía la Nación.
El 31 de Julio se cumple un aniversario más del fallecimiento de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, ocurrido en Roma un 31 de Julio de 1556.
La experiencia de las Misiones Jesuíticas, y en especial de la Provincia Jesuítica del Paraguay, que agrupaban los famosos 30 pueblos guaraníes ocupando el actual espacio geopolítico del sur del Brasil, Paraguay, la Argentina y el Uruguay, es decir, del actual espacio del Mercosur, constituye el antecedente de integración más genuino de nuestra historia, por eso, debemos retomar una Geopolítica de la Reintegración. Reunir, lo que estuvo Unido.
Allí, florecieron nuestros primeros Ejércitos, origen de los ejércitos sudamericanos que nos defendieron de los bandeirantes y en la Colonia del Sacramento y que estuvieron sus herederos en los ejércitos de San Martín, la Primera Imprenta, fábricas de armas, el Primer Observatorio astronómico, Coros e Instrumentos Musicales, Escuelas de artes y oficios canalizados a través de una Pedagogía de la Dignidad Humana, talabarteros, domadores, peones, en el fondo, la raíz del gaucho o gauderio y una economía de la reciprocidad, donde el acento en la Comunidad estaba en la pirámide ética.
La Provincia Jesuítica del Paraguay se funda a solicitud de Hernandarias, primer gobernador criollo del Rio de la Plata en 1604, en el momento de la Alianza Peninsular entre España y Portugal que duró entre 1580 y 1640.
En el fondo, Artigas y el fenómeno social del artiguismo, así como el Paraguay del Dr. Francia y de los López, no están divorciados, de este riquísimo y eclipsado, no por casualidad, proceso histórico que debemos retomar, en la hora de Nuestra Segunda Independencia.
En 1767, ya con la división de España y Portugal a través de la cuña inglesa, los jesuitas son expulsados, eran un peligroso “mal ejemplo” para las monarquías absolutas europeas y para Inglaterra que empezaba a diseñar su dominio talasocrático geopolítico mundial.
Y aquí justamente, se da el origen del futuro nacionalismo latinoamericano, único pensamiento dinamizador en este sistema Mundo de Estados Continentales industriales.
Aquí nace.
Es el Jesuita Juan Pablo Vizcardo y Guzmán nacido un 20 de junio en Palpacolca, cerca de Arequipa, quién escribe en Europa, ya expulsado, la “Carta a los españoles americanos” en 1792.
El Precursor Francisco de Miranda, lo utilizará como Proclama y la hará traducir.
Miranda es el Precursor, pero Vizcardo es el Pensador.
Esta Carta, también fue de una notable influencia en el Libertador Simón Bolívar, especialmente en su famosa Carta de Jamaica del 6 de setiembre de 1815.
El famoso historiador venezolano Mariano Picón Salas, llamó a la Carta, “la primera Proclama de la Revolución”.
Vizcardo dice en la Carta: “El descubrimiento de una parte tan grande de la tierra, es y será siempre, para el género humano, el acontecimiento más memorable de sus anales.
Más para nosotros que somos sus habitantes y para nuestros descendientes, es un objeto de la más grande importancia.
“El nuevo mundo es nuestra patria y su historia es la nuestra, y en ella es que debemos examinar nuestra situacion presente…”
De esta manera Vizcardo, será el primero que plantea una Patria común, una cultura común y un porvenir común o sea una Patria, o mejor decía la Nación.
Y se autodefine y nos autodefine como “españoles americanos”, nombre que tomarán para nuestro espacio geopolítico, hoy latinoamericano, Miranda y Bolívar.
Habla de una historia que se puede reducir en cuatro palabras: “…ingratitud, injusticia, servidumbre y desolación…”.
Es un alegato a la independencia, el más antiguo, desde la concepción de un unionismo americano meridional o “español americano”. Solo tomando conciencia, para pasar a la acción Vizcardo culmina alegando:
“De esta manera la América reunirá las extremidades de la tierra y sus habitantes serán atados por el interés común de una sola grande familia de hermanos”.
Hoy, cuando necesitamos fortalecer un Pensamiento Latinoamericano Integracionista que nos brinde autoconciencia de la totalidad que somos, y promover y defender nuestros Bienes Públicos Regionales en un sistema Mundo de Estados Continentales, donde América Latina y la UNASUR, afianzan el camino de la historia en la Segunda Independencia, es más que justo que una calle o una escuela de cada país de la UNASUR lleve el nombre de nuestro Primer y olvidado Pensador.
* El autor es politólogo, historiador y sociólogo. Ha publicado más de 20 obras de Historia y Política latinoamericana.
Fuente: Revista Patria Grande