Si bien el decreto firmado por el presidente de ese país, debe ser autorizado por la Corte Constitucional ecuatoriana, la iniciativa abriría el espectro para que capitales privados se instalen con ese régimen a sola petición. Malas noticias sin dudas. Seguramente se inspiraron en el “milagro argentino”.
Redacción
Entre todas las medidas contrarias al desarrollo autónomo de Ecuador, el presidente de ese país, Guillermo Lasso, acaba de establecer por Decreto Ley el régimen denominado de “Atracción y Fomento de Inversiones para el Desarrollo Productivo”, que propicia la creación de zonas francas en la nación hermana.
Durante la presentación de la iniciativa en la sede del Gobierno ecuatoriano, el ministro de Finanzas Pablo Arosemena afirmó que, hasta el momento y desde 2010 durante el primer mandato de Rafael Correa, sólo el Estado estaba autorizado para establecer zonas francas en Ecuador, denominadas por aquella legislación como “Zonas Especiales de Desarrollo Económico” (ZEDE).
Ahora, tras la firma de Lasso, dichas ZEDE también podrán ser creadas por iniciativa privada, pública o mixta. “Será el inversionista el que decida”, completó Arosemena, aclarando que en dichas zonas, regirá la exención en el pago de impuestos al comercio exterior, como aranceles, excepto por tasas de servicios aduaneros. Desde el ministerio de Producción, se argumentó que la ley busca “crear espacios competitivos sin dejar fuera las inversiones locales, pero atrayendo inversiones extranjeras”.
Desde un sector de la oposición representado por el correísmo, se acusó al gobierno de Lasso de pretender desregular las zonas francas, para que sean las empresas las que propongan crearlas para que se aprueben automáticamente; a las que se sumarían las “zonas francas financieras”, que darían entidad formal a la transformación de Ecuador en un paraíso fiscal.
Tras la disolución del cuerpo legislativo Lasso deberá esperar ahora, lo que resuelva la Corte Constitucional para que la medida quede firme.
Las zonas francas en los países con escaso o nulo desarrollo industrial autónomo, sean estas públicas o privadas, propician la cooptación de los mercados internos con el excedente industrial de los países manufactureros. Al no pagar aranceles por importaciones, demás impuestos y tasas, indefectiblemente, ingresan al interior de nuestras naciones con precios significativamente por debajo de lo que puede sostener un fabricante local.
Por lo tanto, la escasa industria nacional ecuatoriana tiene los días contados. Ya estaba complicada con las medidas que datan de los gobiernos de Correa; pero ahora ese conflicto será escalado dando vía libre ala banca y el capital privado.
Debe valer para Ecuador el ejemplo argentino. Las zonas francas en nuestro país, comenzaron a tener vigencia en 1998, pero cobraron énfasis de 2008 en adelante. Actualmente hay 17 de ellas habilitadas en distintos sectores del país. La última data de los últimos días de 2021, cuando se convirtió en Zona Franca al Puerto de Punta Colorada, cercano a Sierra Grande en la provincia de Río Negro. Allí se instalarían la factoría anglo australiana del hidrógeno verde de la mano de la firma Fortescue, y el mayor enclave de despacho de crudo del litoral atlántico argentino, que YPF está negociando con varias petroleras multinacionales.
Fuente: Gobierno de Ecuador / Prensa latina / Archivo