Tiemblen los Tiranos 154: Un plan de sangre y escándalo

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Tiemblen los Tiranos 154: Un plan de sangre y escándalo

Columna que existe para difundir y divulgar hechos y reflexiones sobre la historia, desde una visión, federal, popular y latinoamericana. Rivadavia, Montevideo, los portugueses, los ingleses, y los unitarios liberales de las prepararon su conspiración en aras de establecer un monarca europeo nuevamente en esta tierra. Lea el breve trabajo de Castagnino al respecto.

El Editor Federal

Lo dicen los documentos. Manuel Moreno, representante argentino en Londres, en noviembre de 1833 denunciaba un complot unitario en carta a Ugarteche.

Londres, 6 de noviembre de 1833
Señor don José de Ugarteche
Mi querido amigo:

Tengo que añadir a la mía del 24 de octubre, igualmente por conocimientos muy auténticos e indubitables, que el plan de los unitarios de Montevideo, en que está empeñada y la fracción traidora que manda allí, es declarar la guerra con cualquier pretexto a Buenos Aires, suscitando querella por Marín García, o por la conducta de general Lavalleja, etc. o con cualquier otro motivo frívolo, lo que lleva la mira por la parte del gobierno de Montevideo de apoderarse de Entre Ríos y de la navegación del Uruguay; y por parte de los unitarios el que, armándose un ejército un ejército por Buenos Aires para resistir la hostilidad, se le dé el mando a don Estanislao López, quien se levantará con él y se declarará por la revolución. Es parte principal y preparatoria de este plan que el señor López de Santa Fe rompa con los señores Rozas y Quiroga, halagándolos con pérfidas sugestiones, pero con la mira de sacrificarlos luego a su vez; y se jactan de que tienen ya mucho adelantado. Este plan, todo de sangre y escándalo, lo ha ejecutado y convenido don Julián Agüero en Montevideo, con Rivera, Obes y los españoles y unitarios de uno y otro lado. En la fe de sus efectos y seguridad va Rivadavia a partir a fin de este mes.

Tengo datos más seguros de esta horrible conspiración. Baste a V. saber por ahora que indirectamente la diplomacia inglesa ha trabajado en descubrirla, y lo ha hecho con la habilidad y medios que tiene siempre para ello. La última negociación de Lord Strandford–Canning en Madrid, respecto del reconocimiento de nuestra independencia por España, y las respuestas que le daba el ministerio español le hicieron conocer a este gobierno que había una trama que se urdía en París por americanos, y se aplicó a conocerla. Además, yo no me he dormido. Dios quiera que este aviso llegue cuando el atentado esté todavía en proyecto.

La Gaceta aquí y noticias particulares dan a V. por ministro de relaciones exteriores; yo nada sé de ello, y solo me dirijo al hombre de bien y patriota. Si está V. en el ministerio verá por mi correspondencia oficial de esta fecha un proyectito de Montevideo en España en consonancia con el que aquí refiero.
Nunca mejor deseo de rogar a Dios que lo quíe y proteja como lo desea,

Su afectísimo compadre.
Manuel Moreno.



****

Las revelaciones de Moreno sobre la conspiración unitaria fueron comunicadas a la Legislatura en sesión secreta del 4 de enero de 1834. Su existencia queda en evidencia también en carta que le dirige Lavalle a Chilavert el 4 de diciembre de 1835, donde le expresa textualmente: “…si se ha de hacer algo, no queda otro camino que el presente, después de haberse frustrado las esperanzas que López había hecho concebir”. (A. Saldías. La Evolución republicana durante la revolución argentina)

Lavalle se refiere a Estanislao López, gobernador de Santa Fe, pero sin embargo el conspirador era su ministro Domingo Cullen, tal como se le hace saber luego a Felipe Ibarra, quien a pedido de Rosas le recomienda a Cullen que se ponga medias de lana porque lo iba mandar a Buenos Aires con dos grilletes ajustado a los tobillos, tal como lo hizo. Cullen fue fusilado cuando pisó territorio bonaerense en la posta de Vergara.


Rivadavia y la Misión de Santo Amaro

Los brasileños, fieles a su tradición histórica, participaban en el complot, y no era ajeno el mulato Rivadavia, que recorrió las cortes de Europa acompañando al brasileño marques de Santo Amaro, con pretensiones de “monarquizar” las provincias argentinas. Recorrieron las cortes con instrucciones para que “hiciera sentir a los soberanos europeos que se proponían ocuparse de pacificar a la América, llamada aún española, que el único medio eficaz de realizarlo es establecer monarquías constitucionales, coronando en ellas a príncipes de la casa de Borbón, alguno de los cuales podrían enlazarse con princesas del Brasil”. De ese modo, si no podían comerse toda la torta, al menos obtendrían una buena tajada.

Ya en junio de 1830 el general Tomás Guido, representante ante la Corte del Brasil, había dado aviso que el Emperador era solicitado por el gobierno español para obtener que no se ligase con tratados a los nuevos Estados de América del Sud, a fin de que España recolonice esos países. “La Francia –agregaba Guido- queriendo también aprovecharse de la dislocación actual de las Repúblicas Americanas, entretiene otra intriga, de que el infrascripto tiene datos concretos, para conciliar con los intereses de la España y con la independencia del nuevo mundo, la colocación de algunos miembros de la familia reinante”.

Tal como había prevenido Manuel Moreno, Rivadavia desembarca en Buenos Aires de la fragata francesa “Herminie” en abril de 1834, pero es inmediatamente expulsado por el gobernador Viamonte.

Rosas conocía el complot, y aludía a ellos cuando le decía a Manuel Corvalán que “la red unitaria está tendida”, y que será “la explosión espantosa, que debe reventar la mina que con mañosa habilidad han sabido cargar los unitarios”.

Por su parte Felipe Senillosa le había expresado a Rosas que “sólo las leyes y su exacto cumplimiento pueden salvar a este país republicano”, a lo que Rosas le responde: “Siempre hemos estado conformes (se refiere a que las leyes no deben reemplazarse por las facultades extraordinaria), menos en la oportunidad; hoy habría llegado, y ya estaría felizmente marchando bajo la salvaguardia de sus leyes constitucionales. –y le vaticina- Pero todo se perdió, la sangre correrá en porciones y el país será presa de los extranjeros”.

BIBLIOGRAFÍA

– Saldías Adolfo. Historia de la Confederación Argentina.
– Ibarguren Carlos. Juan Manuel de Rosas. Su vida, su drama, su tiempo.p.199

Fuente: La Gazeta Federal

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