A pesar del clima, en el Gran Rosario ya se ve el movimiento de camiones que genera la cosecha gruesa. Acá va un panorama del volumen de trabajo que significa ese aspecto de la actividad, en el marco de dos campañas: la comercial de la soja que finalizará en marzo de 2025, y la electoral del 2027.

Redacción

La comercialización de la cosecha gruesa – soja y maíz – es la que mayor cantidad de fletes carreteros demanda cada temporada, fundamentalmente en la zona de los puertos del Gran Rosario. Según estimaciones de la Agencia Provincial de Seguridad Vial de Santa Fe (APSV), entre 15 mil y 20 mil camiones transitarán diariamente las rutas santafesinas rumbo a los puertos de la región.

Si bien los camiones provienen de diversos puntos del país, el tráfico de cargas se concentra en las principales arterias viales como las rutas nacionales 33, 34, 9, 11, A012, AUP Rosario – Córdoba y Rosario – Buenos Aires, así como las rutas provinciales 10, 14, 16, 18, 21, 91 y AUP 01 (Rosario Santa Fe).

Más allá de los habituales operativos “Cosecha Segura” que conduce cada campaña la APSV, que coordina junto a la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC) y otras entidades de igual tenor que nuclea la actividad del transporte de granos y subproductos, donde se avalúa la operatividad y el delineamiento de estrategias que permitan evitar la concentración de camiones; el flujo de camiones también le da un “color” y panorama al éxito o fracaso de la misma.

Por ejemplo, desde FADEEAC estiman que este año ingresarán alrededor de 3 millones de camiones a los puertos; principalmente a las terminales que se encuentran entre Rosario y Timbúes, habida cuenta que por allí se exportan alrededor del 65% de los de cereales y oleaginosas del país.

Es importante asimismo la seguridad, por el movimiento económico que las mismas implican. Si se estiman que cada camión transporta en promedio 32 toneladas de carga, y si la misma fuera de poroto de soja, al cierre de ayer cotizaba aproximadamente algo más de 8 millones de pesos. Según el tarifario establecido para el transporte de este tipo de cargas vigente desde el mes de marzo, un flete de 250 kilómetros hasta el puerto, supera los 812 mil pesos.

Saque el lector la cuenta de cuál es el movimiento económico en materia de cargas en Argentina a la hora de exportar. Asimismo calcule lo siguiente: entre el dinero que recibe el productor y el que recibe la multinacional comercializadora – siempre hablando se soja -, existe una brecha del 53% aproximadamente.

Si la exportadora paga 420 dólares por tonelada, el productor recibe alrededor de 275. La brecha está compuesta por un 33% de impuesto a la exportación – las famosas retenciones que la multinacional paga al fisco pero se las descuenta al productor -, más lo restante de servicios portuarios varios entre lo que se encuentra el “flete largo” – del acopio al puerto -.

Haga números. Lo dicho anteriormente es un panorama. Existen en el desarrollo de la actividad múltiples variantes que escapan a los alcances de esta nota. Pero sirve de parámetro.

Recuerde lo publicado el lunes: tomando los números de la campaña anterior, las seis principales exportadoras son extranjeras y se reparten en cuatro orígenes: Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y China.

Imagine si el flete fuese estatal y la facturación por comercializar también. No haría falta tanto impuesto, el viaje y los servicios se pagarían con idéntica – o mejor – relación, y la venta al exterior propiamente dicha quedaría en el país.

Entre la joda del “Estado Presente” – que se alejó más que nunca –, y los expertos en ganar con o sin poner dinero – como los usureros que gobiernan actualmente -, lo mencionado en el párrafo anterior jamás tendrá lugar en Argentina.

Ahora que están todos de campaña nuevamente, mire y escuche qué proponen.

Fuente: SAGyPN / APSV / FADEEAC / CATAC / Archivo