INTA y una empresa de desarrollo tecnológico construyeron un sistema de monitoreo de almacenamiento y conservación, permite detectar actividad biológica en la masa de granos, mediante la medición de dióxido de carbono.
Redacción
Arrancamos con una no-noticia. Argentina es un país agrominero exportador, con principal énfasis en la comercialización de cereales a granel y subproductos. Eso significa que se hace necesaria una gran infraestructura instalada de acopio, almacenaje, conservación y acondicionamiento para dicha mercadería perecedera.
Así, nuestro país, “almacena cerca de 100 millones de toneladas de granos en grandes estructuras, que llegan a superar las 15.000 toneladas de capacidad”, reza una de las fuentes de esta nota. De allí la necesidad de ir continuamente mejorando la conservación de dicha mercadería en buen estado. La calidad del producto va de la mano con el precio de mercado que puede obtenerse; y es por eso que el monitoreo debe ser constante y sostenido.
Según el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), y el portal de noticias del mundo agropecuario, Bichos de Campo, dieron cuenta de un desarrollo tecnológico entre el organismo y la empresa Ingeniería Electrónica Argentina (IEA) permite detectar actividad biológica en la masa de granos, mediante la medición de dióxido de carbono, y así evitar procesos de descomposición.
En criollo, los granos son perecederos y por tanto sometidos a un posible proceso de descomposición natural, que puede ser causado por hongos, bacterias o insectos. Si dentro de un silo, alguno de estos factores comienza a desarrollarse y no es detectado a tiempo, puede causar un daño considerable en la mercadería almacenada.
El sistema presentado – denominado “Co2trol” -, fue diseñado para utilizarse en celdas y silos de chapa u hormigón; y su principal característica es mejorar la efectividad para la detección temprana de este tipo de incidentes, que de por sí son frecuentes. Cuanto antes se controlen, menores serán los daños o pérdidas.
Una gacetilla del INTA lo explica de forma sencilla, para aquellos que no estén habituados o familiarizados con el tema: “El almacenamiento de los granos no es un tema sencillo ni una tarea pasiva. Todo lo contrario: la calidad de los granos se ve amenazada por la proliferación de hongos, a causa de la alta humedad (grano húmedo, filtraciones de lluvia, problemas de napa), presencia de impurezas o la infestación con insectos que inician focos de actividad biológica a expensas de los granos. Una vez iniciados estos procesos se retroalimentan y aceleran, dañando seriamente la calidad de los granos si no se detienen a tiempo”.
Una de las maneras de detectar alguno de estos procesos, se realiza mediante la medición de concentración de gases en lo que se denomina “el aire intergranario”. Si aumenta la cantidad de dióxido de carbono, significa que hay actividad biológica; es decir, insectos, hongos, bacterias, etc.
El trabajo conjunto entre INTA y la empresa IEA, consiste en el diseño de un sistema automático de monitoreo que mida los niveles de concentración de dióxido de carbono del aire barrido por aireación, que además permite identificar la presencia del foco de los granos en riesgo. El sistema está integrado por un sistema de sensores ubicados en los techos del silo y que pueden monitorearse en forma automatizada y remota.
La tecnología utiliza el propio sistema de aireación existente en un silo, que consta de ventiladores, conductos de aireación, y salidas y entradas de aires ubicadas en los estamentos superiores. La acción de los ventiladores, genera movimiento del aire intergranario y es conducido hacia los mencionados censores de CO2. Estos registran la concentración de gas y por ende el foco que lo origina en la masa de granos.
Lo que hace efectivo al sistema es que a las 24 horas de iniciado el proceso biológico, los sensores pueden detectarlo y emitir las alertas y avisos en forma automática a las terminales de monitoreo.
Por otra parte, desde IEA, explicaron a una de las fuentes que el CO2ntrol, puede complementarse con la termometría. Es decir, a partir de detectar aumento de temperatura en una zona puntual de la masa de granos, puede arrojar información bastante aproximada de dónde se encuentra el problema. La actividad biológica irregular es la que genera el alza de temperatura. Pero la posibilidad de detección es más lenta que el CO2. De allí, la importancia de la combinación de ambos métodos: alerta temprana y localización del foco.
Desde INTA informan que el proceso de investigación, prueba y reunión de información tardo ocho años. Se realizaron múltiples ensayos a nivel de laboratorio y pruebas empíricas en silos de más de 10 mil toneladas de capacidad, pudiendo establecer la relación entre el nivel de dióxido de carbono detectado y nivel de riesgo asociado.
Según la firma diseñadora, Co2ntrol es un sistema que está integrado por sensores de dióxido de carbono, una unidad de control, un software de control y un sistema para el guardado de la información sensible. Las alertas se reciben en la PC de control en la planta de acopio y, opcionalmente, en diferentes plataformas según la necesidad del usuario, como pueden ser aplicaciones para dispositivos manuales.
Fuente: INTA / Bichos de Campo