YPF y Neuquén: un varieté de alta rotación

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Más vale tarde que nunca, y siempre mejor lo simbólico que la nada misma. Legisladores neuquinos presentaron un proyecto para “blindar” las acciones provinciales de YPF. Proteger ma’ non tropo, porque Neuquén nunca pudo capitalizarlas

Redacción

El asunto es que “algo hay que hacer; hay que demostrar movimiento”; dijo una fuente sureña a esta Redacción. La noticia es de principios de semana, pero ante los distintos despioles que están ocurriendo en el país, hay cosas que quedan afuera. Sin embargo, cositas de este tipo no pierden actualidad.

Los legisladores neuquinos asumieron y metieron un proyecto de ley que busca blindar las acciones estatales en las distintas empresas estratégicas. Algo que está muy bien, pero que podrían haber realizado una década atrás, aunque más no sea para “hacerle el juego a la derecha”. Es simple de entender la lógica de razonamiento. Preste atención:

“Hay riesgo latente de que nos zarpen las acciones; pero al mismo tiempo gobernamos nosotros. Si impulsamos el blindaje del paquete mostraríamos debilidad, porque significaría que efectivamente hay riesgo de que nos zarpen las acciones. Por lo tanto, no hagamos nada y vamos viendo…

¡Uhy! ¡Perdimos las elecciones contra los malos! ¡Nos van a zarpar las acciones!…

No mostremos debilidad, hagamos algo. Demostremos movimiento… Presentemos un proyecto de blindaje”.

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Usted que está leyendo tal vez se ría, indigne o ambas. Pero no estamos exagerando.

Informativamente lo que hay que decir es que los legisladores provinciales de Unión por la Patria, presentaron un proyecto de ley para declarar a tales acciones como “parte del patrimonio inalienable e imprescriptible de la Provincia”. El texto establece la prohibición de la venta de tales acciones, como así también su utilización en concepto de “garantía, caución, o la inclusión de las mismas en cualquier operación financiera”.

Los firmantes son Darío Martínez – ex funcionario nacional -, Lorena Parrilli – hija del senador Oscar Parrilli -y Darío “Pampa” Peralta.

De todas formas, al menos en lo que respecta a YPF, es declarativo, porque Neuquén no es dueña de las acciones. La petrolera de bandera, jamás transfirió esos títulos a las provincias, a pesar que la Ley de Expropiación 26.741/2012, indica claramente que a las provincias productores nucleadas en la OFHEPI les corresponde el 49% del paquete accionario bajo control estatal. Es decir, el 25% del total de YPF.

Sin embargo, las provincias nunca pudieron capitalizar a la petrolera. Los acuerdos con Chevron y demás socios estratégicos – entre ellos Techint actuales conductores de la firma -, no garantizaban cierta “correlación de fuerzas”.

Así, con la bandera de defender a los neuquinos de la “ola privatizadora que se anunció en el país, y que, si no ponemos un freno, puede llegar a la provincia” – según palabras del ex Secretario de Energía de la Nación hasta 2022, Darío Martínez -, los legisladores presentaron el proyecto que además de las acciones de YPF, incluye a los entes públicos, organismos descentralizados, y o autárticos, y a las sociedades anónimas con capital mayoritario o absoluto en manos del Estado Provincial. Es decir: el Banco Provincia del Neuquén (BPN), el Ente provincial de Agua y Saneamiento (EPAS), el Ente Provincial de Energía de Neuquén (EPEN), Gas y Petróleo de Neuquén, el Ente provincial de Termas, el Instituto de Seguridad Social del Neuquén, y Vialidad provincial.

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Recuerdos de provincia

YPF y Neuquén tienen una relación entrañable desde siempre. Cutral Co, Plaza Huincul, Loma de La Lata, Vaca Muerta, Parrilli…

Tal como consta en la versión taquigráfica de la sesión del 24 de septiembre de 1992 en Diputados, el entonces representante neuquino, se refirió al proyecto de privatización de YPF, como algo que iba a “oxigenar a nuestro gobierno y va a representar una bocanada de aire puro que fortalecerá al presidente Menem”.

Luego, el entonces también diputado y por entonces líder de la UCeDe, Álvaro Alsogaray, tomo como referencia la entrega de Oscar Parrilli para fundamentar su propia intervención.

Ese día, el proyecto de privatización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) fue aprobado. Casi fracasan porque no había quórum. Cuenta la leyenda que “hicieron” viajar de urgencia a Parrilli para garantizar el mismo. No era para menos, el por mucho tiempo Secretario de Presidencia de la Nación y ahora Senador Nacional, oficiaba de miembro informante por el oficialismo.

La Ley, que no conllevaba un marco regulatorio y transformaba YPF en sociedad anónima, transfería los yacimientos a las provincias, vendía los activos y acordaba como prenda de intercambio el pago de regalías a las provincias productoras. En aquel reparto, a Salta le tocaron 120 millones de dólares, a Mendoza 638 y a Santa Cruz 480 millones.

Dijo también Parrilli en aquella “gesta”:

“Nos hacemos presentes en esta sesión con la firme convicción de que estamos dando los pasos que la sociedad argentina y el mundo nos están exigiendo para lograr la transformación de nuestro país […] No sentimos vergüenza por lo que somos y tampoco venimos a pedir disculpas por lo que estamos haciendo”.

Cipayo como pocos…

Parte de lo que hoy intentan resguardar de YPF, inició su debacle con las hazañas de Parrilli. Hoy, desde Neuquén, una de sus hijas participa de un intento de reparación de “lo que se puede”.

Cualquier comentario que pueda surgir a partir de esto, queda a criterio del lector.

Fuente: Legislatura de Neuquén / Archivo Chasqui Federal (Congreso de la Nación)

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