“Agrolegisladores” y “capacidad de veto sobre los gobiernos”

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“Agrolegisladores” y “capacidad de veto sobre los gobiernos”

Postulando una encrucijada bañada en lamentos, los referentes de las multinacionales operadoras de la soja en Argentina tuvieron su momento días atrás en Rosario. Además de protestar por las retenciones y las faltas de lluvias, los muchachos repasaron los temas del sector.

Redacción

Tal vez el título resulte antipático, pero no se trata de criticar por el hecho de hacerlo, sino de pensar diferente. Pero como siempre, vamos a lo netamente informativo y tomando como certeros los datos que iremos compartiendo.

El pasado 21 de septiembre se llevó a cabo en Rosario, el Seminario 2023 que organiza la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (ACSOJA). De evento participaron todas las figuras, referentes y principales operadores del complejo oleaginoso y sojero que opera en Argentina, con especial participación y mención a los representantes de las empresas exportadoras.

Estos presentaron un escenario de encrucijada entre la vida y la muerte. La muerte estaría preanunciada por la constante pérdida de superficie sojera y la constante caída en la participación en el concierto internacional. La vida, a partir de las consignas del momento: “desarrollo apoyado en el agregado de valor, la sustentabilidad y la simbiosis de agro y energía”. Ya veremos de qué se trata cada una.

Como oradores, estuvieron todos los “grandes”: Roberto Urquía, ex senador nacional y propietario de Aceitera General Dehesa; Alfonso Romero representando a la china COFCO; Juan José Blanchard por la francesa Louis Dreyfus Company; Pablo Noceda por Molinos Agro del Grupo Pérez Companc; Julián Echazarreta por la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA); y Pablo Scarafoni de la norteamericana Cargill.

Entre las principales causas que los expositores manifestaron como “amenazas inminentes”, es el significativo aumento de la oferta mundial de harina de soja por parte de los principales competidores de Argentina en el rubro como ser Estados Unidos y Brasil. Otro de los factores sería el estancamiento por más de una década en cuanto a inversiones en infraestructura para el complejo, como ser plantas de almacenamiento, aumento de capacidad instalada de procesamiento, y enclaves de exportación.

Obviamente, las culpas las cargaron sobre el rol del Estado, del cual todas las medidas llevan a la pérdida de competitividad internacional; pérdida de utilidades; alta carga impositiva, insuficiencia de inversiones en infraestructura para el complejo sojero; y la brecha cambiaria e “intervenciones comerciales” que llevan a que el productor argentino reciba el 50% del precio real que sus pares de los países vecinos. A esas causas se sumaría la disminución en la superficie sembrada con soja y el “atraso tecnológico” en los cultivos.

La sequía hizo también su parte. Desde las entidades afirman que en la campaña anterior, el complejo oleaginoso estuvo ocioso en un 43% de su capacidad instalada. Respecto de la participación nacional en el mercado global, Argentina pasó de representar el 21% de la capacidad de molienda en 2014, a sólo aportar el 15%.

Esa comparación estaría signada por 55,65 millones de toneladas procesadas que aportaba nuestro país en 2014, contra las 49,35 millones que habría aportado en la última campaña. La diferencia nominal es de algo más de 6,3 millones de toneladas. No parece tanto. Lo que creció significativamente en casi una década fue el mercado mundial: demanda 24 millones de toneladas más.

Otra de las críticas hacia el país que realizaron, es que en Argentina no se estaría permitiendo la expansión de la industria del biocombustible a base de aceite de soja. Como fundamentación, pusieron de ejemplo al fomento que Estados Unidos realiza en su mercado interno, que pasará de una capacidad de molienda actual de 60 millones de toneladas a 75 millones en las próximas tres campañas. Argumentaron además, que en el país del norte o en Europa, el destino de aceites para la producción de biocombustibles alcanza el 50%, mientras que en Argentina apenas roza el 10%.

En un contexto donde aseguran que hacia mediados de siglo la demanda de alimentos crecerá en un 50% más respecto de la vigente para 2018, y que en sólo dos décadas aumentó más del 360% en dólares, Argentina le vende porotos de soja y subproductos a más de 150 países, gracias a la condición de contraestacionalidad de la oferta nacional por estar en el hemisferio sur.

Sin embargo, afirman que el país “penaliza” el valor agregado sobre la materia prima (transformación del poroto en harina o aceite), ya que los subproductos aportan con mayor valor relativo por retenciones que el producto primario.

Los empresarios también insistieron en poner de ejemplo a Brasil. Afirmaron que el hermano país aumento en dólares su producción de alientos en 6 veces; pero que al mismo tiempo, los sectores vinculados al agro poseen una fuerte organización política que les permite tener “agrolegisladores”, y – lean bien esto que dijeron – “otros mecanismos de influencia, que le brinda altísima capacidad de veto sobre los gobiernos en relación a las políticas públicas que puedan afectar sus intereses”.

Las exportadoras también pusieron el acento en el mejoramiento genético de la soja que en Argentina serían “deficientes”.

Otro de los aspectos que más analizaron fue el de la logística del transporte. Por un lado, alientan la recuperación y expansión del ferrocarril de cargas con llegada a los puertos. Insistieron que sólo el 6% de las cargas viaja en trenes, y el resto en 230.000 camiones. Asimismo, alientan el aumento del dragado y calado en la cuenca del Paraná, con la expectativa de llevar su profundidad a 40 pies (algo más de 13 metros), de cara a que se facilite el despliegue de las rutas marítimas y el abaratamiento de costos, tanto de traslado interno como de fletamento internacional.

Por último, el concejo de la velada llegó de la mano del llamado para abordar el barco de la “sostenibilidad”, y unificar criterios productivos entre el agro y la energía. Clamaron por nuestro país desarrolle y califique en dichos sistemas de “certificación” internacional, se cara a que aumente el flujo de negocios y el valor agregado.

Fuente: ACSOJA / Agro Verdad / Todo Agro

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