Argentina, minerales y el “apuro global”

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Milei viaja a Davos con la cancha marcada. Más allá de las declaraciones dirigidas a sembrar polémicas en el contexto del tratamiento parlamentario de la llamada “Ley Ómnibus” y el DNU 70/23, el primer mandatario llegará Suiza con el prospecto de lo que le encargaron hacer en la mano.

Redacción

¿Por qué podemos hacer esa afirmación? Por algunas declaraciones del propio cuerpo diplomático argentino que cumple funciones en Europa, y que no es “gente” de Mondino – la Canciller -.

Días atrás, el embajador argentino en Alemania, Fernando Brun, publicó una nota en un medio dedicado a temas energéticos, y fue muy elocuente. El diplomático no puede ser tildado de “mileísta”, ya que posee una extensa carrera de prestación de servicios, y fue nombrado al frente de la sede argentina en ese país europeo durante octubre de 2022 por parte de Alberto Fernández.

Brun es un “hombre” de Gustavo Béliz. De hecho, durante la anterior gestión, acompañó al ex secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, como responsable del área de Relaciones Internacionales. Incluso el matutino Clarín, hace un buen tiempo, lo mencionó como un “hombre clave en las negociaciones con el Club de París”.

Según las fuentes, Brun, tiene realizado un trabajo sobre cómo potenciar la complementariedad en sectores críticos como la industria automotriz, la química, la economía del conocimiento, la energía renovable y en la tecnología industrial. Casualmente, es parte del temario general que será abordado en Davos, y el diplomático sería una de las piezas claves en los movimientos que tomaría el Presidente.

Estos no serán más sentarse y escuchar lo que los “líderes” empresarios del mundo le pidan que haga a su regreso al país: trabajar en pos de facilitar las inversiones y recalada en Argentina, de los grandes jugadores de la digitalización, la electromovilidad y nuevos combustibles.

La mencionada nota firmada por Brun y titulada “La geopolítica de la transición energética: la Argentina y su lugar en nuevas cadenas de valor”, aborda el eje central de los temas que vienen a nivel geopolítico. Es decir, la disponibilidad de minerales metalíferos estratégicos pretendidos por la industria global y la oportunidad de nuestro país para ser uno de los abastecedores “confiables” para el mundo.

El diplomático afirma que en función de lo determinado por la última Conferencia Mundial del Clima (COP) que se realizó en Dubái, el objetivo de las próximas décadas serán el desarrollo de fuentes de energía renovable, lo cual implica un “universo de negocios de nueva generación y un paradigma de seguridad internacional”.

Afirma también que así como se abordó el asunto en la COP, también se pondrá como punto de agenda en el World Economic Forum (Foro Económico Mundial) en Davos; como así también en la Conferencia de Seguridad de Múnich, y en la Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio en Abu Dhabi.

Según Brun, los desafíos ligados al rol de la energía limpia y el acceso a minerales críticos – o sea, estratégicos – están ligados intrínsicamente a las estrategias de seguridad de cada bloque mundial “en una competencia por garantizar la competitividad de su plataforma industrial en un futuro que hoy ya es presente”. En criollo, ver como se apropian de los recursos naturales que precisan y mantenerlo fuera del alcance de los rivales internacionales.

También dice el diplomático argentino que presta funciones en berlín: “el análisis sobre la creciente demanda de minerales en tecnologías clave para la mitigación del cambio climático y los riesgos asociados con la disponibilidad y acceso a estos recursos es una cuestión de naturaleza geopolítica. Y se trata precisamente de geopolítica porque estamos frente a un reposicionamiento de actores internacionales en torno a nuevas cadenas de valor”.

Los denominados “minerales de transición” son escasos y presentan una distribución geográfica concentrada. Esto implica una “competencia estratégica por el acceso, sino que también se incorporan a la tecnología como parte integral desde el primer eslabón de la cadena de valor, lo que aumenta el riesgo “aguas abajo” de una interrupción en el suministro e incentiva la búsqueda de garantías de seguridad. Estos factores impiden que los minerales sean tratados como una commodity más”.

El “apuro internacional” por desarrollar las tecnologías como la energía eólica, solar y los vehículos eléctricos, es también el apuro por disponer de los recursos. Según Brun, además de la escasez de recursos, existe la dependencia internacional de “pocos proveedores y la concentración en la capacidad de procesamiento a nivel global, frente a lo cual potencias y bloques en su conjunto promueven políticas ligadas a la diversificación de proveedores, incorporando a la cadena de valor a nuevos actores internacionales”.

¿Cuáles son esos minerales críticos?

Brun cita a la Federación Minera Alemana (FAB), quienes destacan la importancia del galio, el vanadio, litio, grafito, zinc, níquel, cobalto y cobre.

Respecto del galio, el pronóstico de demanda hasta 2050 es de nueve veces la producción actual. Posee una alta volatilidad de precios, oferta limitada, fuerte dependencia de China responsable del 90% del suministro.

En cuanto al litio, se pronostica una demanda para 2050 de diez (10) veces la producción actual. Los niveles de acceso al agua son fundamentales; por lo tanto, la disponibilidad de agua en regiones mineras debe planificarse.

Sobre el vanadio, se dice que para mediados de siglo habría una demanda siete veces la producción actual, destinadas al uso en baterías de flujo redox de vanadio para almacenamiento de energía.

Del grafito, lo que cuenta Brun es que la demanda casi se triplicará para 2050. Al igual que en el caso del galio, dado que China restringió las importaciones de estos recursos, las empresas se quejan de la falta de inversión.

Los demás metales y minerales mencionados, señalan un aumento del consumo de más del 100% de las reservas conocidas.

El “abastecedor confiable”

Brun agrega: “Las implicancias geopolíticas y económicas del acceso a este universo de minerales están relacionadas con la actual dependencia existente de mercados concentrados y con riesgo geopolítico como China o Congo, tendencia al desarrollo de medidas restrictivas a las exportaciones por parte de proveedores tradicionales de Litio, Galio y Grafito, elevando el riesgo geopolítico, así como una creciente vulnerabilidad económica a la volatilidad de precios y posibles interrupciones en la cadena de suministro que ponen en jaque la competitividad de los sectores industriales nacionales”.

Comparte además, una serie de hechos que escalan y configuran conflictos actuales y futuros. Brun dice que el desafío marcado por “la intensificación de la extracción de minerales desde 2010 ha aumentado en un 50% el requerimiento de agua y las emisiones asociadas, genera un impacto ambiental que acompaña al riesgo económico asociado a las fluctuaciones en los precios de los metales críticos, que trae consigo potenciales consecuencias para la economía global y la viabilidad de proyectos de energía renovable”.

El acceso a minerales críticos, cambio climático y desarrollo sostenible se entrelazan geopolíticamente con la conformación de nuevas cadenas de valor. Según Brun, para Argentina, será “el potencial real de generar asociaciones internacionales de carácter estratégico-productivo a partir de inversiones ligadas a la I+D, que permitan encontrar alternativas y tecnologías para reduzcan el impacto de la extracción en medio ambiente. Estas asociaciones deben estar acompañadas de políticas que promuevan la sostenibilidad en los procesos extractivos y el desarrollo de soluciones y servicios asociadas a estas nuevas cadenas de valor. De esta manera, se amplifica el impacto positivo para las sociedades de origen de los recursos y se garantiza la licencia social de la actividad, que es esencial para la sostenibilidad de las actividades a largo plazo”.

Así, Brun analiza que además de los recursos mineros, Argentina puede tener otra ventaja al poder propiciar la instalación de empresas extranjeras.  El diplomático afirma que “sus recursos naturales, y en este caso no solo mineros, sino su radiación y la fuerza de sus vientos podrán integrarse a una minería baja en emisiones en base a la utilización de energía limpia. De hecho, el desarrollo de energías renovables ya no estará atado a la capacidad de transmisión o acceso al sistema interconectado. Los nuevos planes de negocios en sectores intensivos en energía comienzan a plantear sistemas de generación renovables propios y trazables para diferenciar su producto y mantenerse en la vanguardia de las condiciones de acceso. En la misma línea, los nuevos proyectos ligados al desarrollo de combustibles limpios serán aquellos que puedan garantizar la superficie colosal en zonas de alta radiación y/o vientos sostenidos rango 1-2, infraestructura de transporte y capacidades portuarias que permitan posicionarse como hub de producción y salida preferencial a nivel global”.

En criollo: se adueñarán de los recursos, el territorio adyacente y la infraestructura logística asociada.

Brun insiste en que “la transición hacia la energía solar, eólica y la movilidad eléctrica depende en gran medida de metales como el cobre, aluminio, zinc y níquel”. Dice que se “prevé un «superciclo» para el cobre, con precios en alza debido a la creciente demanda asociada al objetivo de emisiones netas cero para 2050. Con respecto al aluminio su oferta a largo plazo no coincide con la creciente demanda, creando una escasez”. Para Argentina, esa escasez sería una oportunidad.

Para el diplomático, la “oportunidad” es la de convertirse en proveedor barato de materia primas, pero en carácter de “abastecedor confiable, debiendo conformar esta meta uno de nuestros vectores de trabajo de agenda política internacional, propiciando un espacio de protagonismo en geopolítica y negocios internacionales”.

Es aquí donde se vislumbra que Milei viaja a Davos a decir presente y a poner a disposición para que los capitales externos los utilicen como les guste mandar. Según el diplomático, el Foro Económico Mundial de Davos, tiene en agenda impulsar “las Inversiones en Tecnologías Verdes, incluyendo este universo instrumentos de financiamiento y proyectos privados en tecnologías de captura de carbono y otras soluciones sostenibles; un abordaje de desconexión entre las rentabilidades de tecnologías bajas en carbono y las tradicionales para acelerar la adopción de soluciones respetuosas con el clima”.

Argentina no es ajena a ello. Y como viene la mano, terminará vendiendo las “joyas de la abuela y a la abuela también”. Esto último no lo dijo Brun. Lo dijo Alfonsín hace muchos años.

La cosa es que Milei viaja hoy para Davos. Guarde esta nota. Cada tanto deberá repasarla.

Fuente: Télam / Econojournal / Clarín / Archivo

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