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Cosecha fina: estiman rendimientos un 45% más altos que en la campaña anterior

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires lanzó formalmente la campaña 2023/2024 con pronósticos y estimaciones para el trigo y la cebada. Los números además mejorarían los márgenes por hectárea y aumentarían la recaudación fiscal.

Redacción

Tras dos semanas de idas y vueltas y declaraciones formales pero no oficiales, las principales entidades privadas comienzas a aunar un criterio respecto de las estimaciones para la cosecha fina 2023/2024. A semanas de que comience formalmente la campaña, y si bien el criterio presentado puede variar en múltiples ocasiones de aquí a la cosecha durante el mes de noviembre, al menos pareciera que han consensuado una postura oficial.

Así, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires lanzó anunció que para el caso del trigo se espera una siembra de 6.300.000 hectáreas y 18 millones de toneladas como resultado esperado; en tanto que para la cebada, se estima que se pondrán en producción 1.300.000 hectáreas y 5 millones de toneladas.

Ambas estimaciones son optimistas, esperando que se regularice el régimen de lluvias necesario para ambos cultivos. Particularmente para el trigo, de cumplirse el pronóstico, el resultado de la cosecha superaría por encima del 45% a la campaña anterior. Respecto de la cebada, la perspectiva es que se obtengan resultados similares a 2022/2023.

El fundamento difundido por la Bolsa – que no escapa de la realidad – es que para el caso de las regiones Sur y Centro Este de la provincia de Buenos Aires donde se encuentra el 70% del área sembrar para el caso del trigo, y que además proporciona el 80% del volumen nacional del cereal. Para el caso de la cebada, las proporciones en el Sur son similares.

Durante el evento en el cual se realizaron los anuncios, pasaron varios disertantes por el estrado. Algunos, cuyo rol es netamente político, volvieron a reclamar “condiciones estables” para los negocios, en materia de importación de insumos, condiciones de contratación y liquidación de resultados, como así también de vinculación con los mercados. Algo complicado para hacer desde una Argentina que se encuentra vez más atada de pies y manos, a partir de que en el último medio siglo se dedicó a ceder soberanía respecto de los términos de intercambio, condiciones de producción y fundamentalmente costos y precios finales. No son resortes que manejen los poderes Ejecutivos de turno.

Asimismo, también pasaron especialistas que guiaron su exposición por el cauce de las perspectivas climáticas. Si bien la misma sería más favorable que la de la campaña anterior, tampoco será la panacea. Uno de ellos, Eduardo Sierra especialista en agroclimatología, puso un tema en el tapete que desde esta Redacción se viene planteando desde hace tres o cuatro años. Explicó que si bien la zona núcleo de producción (Norte de Buenos Aires y Centro Sur de Santa Fe) pareciera ser la mejor zona productiva, el efecto “Hidrovía”, luego de tantos años de incrementar el desequilibrio ambiental, tanto por el dragado del río y por los desmontes permanentes ocurrido en las últimas dos décadas, habrían generado un desequilibrio ambiental suficiente para que – tal como viene ocurriendo desde la campaña 2018-2019 -, los resultados y rendimientos ya no sean los de antaño y la zona esté comenzando a declinar.

Respecto de los precios, se estima al día de hoy que la tonelada de trigo rondaría los 245 dólares; y algunos verdes menos para la cebada, si es que se estabiliza el núcleo duro del mercado internacional para la misma, establecido entre China y Australia.

Por el lado de los insumos, en comparación con la temporada pasada, se esperan disminuciones que van del 6 al 50% en lo que respecta a agroquímicos; al tiempo que se calcula un incremento cercano al 20% para el combustible. Más allá de la billetera disponible que posean los productores, en principio esas variaciones darían perspectivas de un margen de ganancias más alto por hectárea.

Desde el Ejecutivo Nacional, también se relamen con la posibilidad de que la estimación de la Bolsa sea adecuada. Se obtenerse los rendimientos esperados en los cultivos, y las relaciones de precios expuestas, la fina dejaría alrededor de 1.600 millones de dólares en materia de recaudación fiscal. Es decir, un 30% más que la fina anterior que contó incluso con un tipo de cambio adaptado a la liquidación de exportaciones.

Fuente: BCBA / RuralNet / MTBA

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