DNU 70/23: Las órdenes del verdugo
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Mientras la conmoción por los anuncios del Poder Ejecutivo Nacional continúa ocupando la cotidianidad informativa, los movimientos en materia energética continúan desarrollándose. Horas previas a la difusión del DNU 70/23, ocurrieron una serie de reuniones importantes que tendrán consecuencias graves para el corto y mediano plazo.

Redacción

El dilema que se plantea entre ellos es simple: cómo hacer para concentrar la propiedad y explotación de la cadena energética desde la generación hasta el consumo, aumentar tarifas e ir quitando subsidios, sin que ello se traslade inmediatamente a precios.

La “transición” que llevará a un aumento del 300% en sus valores, se realizaría subsidiando directamente el consumo final. Se asignaría una cantidad medida en “lógica de consumo” de energía en función del nivel de ingresos. Si esa cantidad, supera un porcentaje determinado de esos ingresos, la diferencia se subsidiará.

Si el consumo real supera, el nivel de energía asignada, la tarifa correrá sin subsidio por haber excedido los límites. Una especie de “multa” al mayor consumo. Se desconocen todavía cuáles serán esas “cantidades de energía asignadas”.

Mientras se terminaba de cocinar el DNU que anunció el presidente en la noche de ayer, hubo una importante reunión que definirá el reparto y pondrá los objetivos a cumplir en el plano energético.

Así, durante el mediodía de ayer, tuvo lugar un encuentro entre el ministro de Economía, Luis Caputo, y el jefe de Gabinete, Martín Posse, recibieron este miércoles en la Casa Rosada al titular del Grupo Techint, Paolo Rocca; Miguel Galuccio, presidente de Vista; y Damián Mindlin, vicepresidente de Pampa Energía.

Los empresarios habrían sido prácticos y taxativos: el objetivo es Vaca Muerta; donde el gobierno deberá apuntalar con mayor velocidad las inversiones tanto en crudo no convencional como en gas, e incrementar las exportaciones.

Los tres empresarios tienen amplia presencia en la industria. Rocca controla la petrolera Tecpetrol, firma perteneciente al Grupo Techint que lleva invertidos unos 3.500 millones de dólares en Vaca Muerta y concentra aproximadamente un 30% de la producción de gas natural en apenas un 1% de la superficie del área explotada. Además, prevé producir 100.000 barriles de crudo con sus proyectos en Puesto Parada y Los Toldos II. Este año la compañía terminará exportando por una cifra cercana a los 100 millones de dólares. Además, su grupo se benefició en forma directa con el acompañamiento de YPF y, ahora, pasaría a controlar el Directorio de la empresa de bandera.

Galuccio, por su parte, es dueño de Vista, la segunda productora de shale oil del país, detrás de YPF. A su vez, anticipó que planea invertir 2.500 millones de dólares durante los próximos tres años. El objetivo es incrementar 25% su producción para alcanzar los 100.000 barriles diarios de petróleo equivalente en 2026. Galuccio, que ejerció la presidencia de YPF durante el segundo gobierno de Cristina Fernández, se impuso rápidamente en el negocio desde el ámbito privado a partir de la posesión de información privilegiada, obtenida durante su mandato en la firma de mayoría propietaria estatal.

Midlin, asimismo, a través de Pampa Energía ocupa el tercer lugar del podio en cuanto a productores de gas de la cuenca neuquina, tiene una participación equivalente al 8% de la superficie de Vaca Muerta, y completará inversiones por más de 1.100 millones de dólares en el período 2021-2023 que ampliaron su capacidad de producción de gas y de petróleo.

Pampa Energía es uno de los principales actores en materia de infraestructura de transporte de gas, ya que no solo participó de la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner – junto con Techint -, sino que también es accionista de Transportadora Gas del Sur (TGS), que provee las empresas que se encargar de la distribución para el consumo final del gas.

Restaría ahora que se conozcan los términos sobre cómo sigue la denominada “transición”, y como eso impacta en forma directa en las familias (facturas de servicios), y de forma indirecta (traslado a precios general hacia el sistema productivo, además del volumen y capacidad energética con la que dispondrá Argentina para realizar su actividad como país).

Fuente: Econojournal / Archivo Chasqui Federal

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