Emplazado en el predio de las centrales Atucha I y II, el proyecto CAREM fue visitado por funcionarios de la OIEA. Se estima que su construcción finalice en 2024. Después de más de 40 años de ideado, el reactor modular está cerca de concretarse.
Redacción
El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, recorrió las instalaciones donde la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA)construye el prototipo de la Central Argentina de Elementos Modulares (CAREM). La misma, está erigiéndose en el complejo Atucha, junto a las dos centrales existentes allí, en el partido bonaerense de Zárate.
El prototipo Carem podrá generar 32 Megavatios de Eléctricos de Energía (MW), una potencia equivalente al abastecimiento de una población de 120.000 habitantes. Según la CNEA el principal objetivo de su construcción es el de validar el diseño y la ingeniería de los futuros módulos comerciales, cuya potencia estará en el orden de los 120 MWe.
En declaraciones posteriores, Grossi consideró que “existe una enorme demanda internacional por los reactores pequeños modulares”, dado que los mismos pueden instalarse en lugares aislados y demandan una cantidad menor de recursos para su construcción. Según el funcionario de la OIEA, se estima que en los próximos años va a haber una inversión de 300 billones de dólares en el sector en todas las regiones del planeta.
Grossi sostuvo que Argentina posee una ventaja competitiva respecto de otras naciones, porque “el mercado internacional se vuelca hacia una máquina que esté probada y funcionando”, y nuestro país viene trabajando hace décadas en esta tecnología. Para el diplomático, a pesar de la gran competencia internacional que existe frente a los proyectos de Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Rusia, y China; el diferencial argentino es el grado de avance que posee el proyecto nacional, que ya lleva cerca de cuatro décadas.
Desde las autoridades de la CNEA, esperan que la obra civil esté lista para finales de 2024; y que la central pueda comenzar a funcionar tres años más tarde (2027). Según declaraciones, de la titular del organismo, “los reactores modulares pequeños son la posibilidad de acceder a fuentes de energía seguras y eficientes para países emergentes o para territorios como los insulares”. Se espera además que a raíz de la marcha hacia la reducción de las emisiones de carbono en el futuro, las naciones tiendan a sumar a sus estructuras, centrales de generación de estas características.
El CAREM significa la construcción de una central de potencia diseñada íntegramente en el país; y aprobada por los organismos internacionales de calificación en la materia. El proyecto nació en la década de 1980; aunque fue a partir de 2006, cuando Argentina retomó la planificación y ejecución de su Plan de Energía Atómica, que permitió completar la construcción de Atucha II; extender la vida de la central de Embalse Río Tercero; programar la construcción del reactor RA 10 – obra que se encuentra detenida pero presta a finalizarse; y desarrollar el CAREM cuya construcción comenzó en 2014.
Desde la CNEA detallan que el proyecto CAREM se convirtió en un referente internacional de los denominados SMR (Small Modular Reactor). Tipos de reactores nucleares de baja potencia que presentan un diseño simplificado en relación a las centrales tradicionales, lo que permite brindar estándares de seguridad altamente rigurosos. Son diseños adaptables según la demanda y necesidad y posibilidad de cada país, permitiendo la construcción y operación de los módulos en forma escalonada. Eso reduce la demanda de capital inicial para su construcción.
Se explicó además que el CAREM ofrece “versatilidad y flexibilidad para una diversidad de usos como abastecer de energía a poblaciones aisladas o a polos industriales con alto consumo eléctrico, permitiendo diseñar redes eléctricas localizadas e independientes del sistema interconectado”.
Por último, la CNEA se propone que la integración nacional de la central sea de integración nacional en un porcentaje mayor al 70%. Es decir, que los insumos, componentes y servicios vinculados a la construcción del prototipo sean provistos por empresas argentinas certificadas bajo los estándares internacionales correspondientes.
Fuente: Télam