En Mendoza se está llevando adelante la cosecha de duraznos y ciruelas con buenas perspectivas. El contraste con Chile.

Redacción

A unos días del inicio de la cosecha de la fruta de carozo en la región de Cuyo, a raíz de una condición climática más favorable, se esperan buenos resultados para el final de campaña.

La cosecha de durazno y ciruela comienza en enero y finaliza en los primeros días de abril. Desde la Federación Plan Estratégico para el Durazno Industria (FEPADI), se espera un mejor resultado a lo obtenido en 2023, donde se reunieron cerca de 118.000 toneladas. La campaña anterior, había consignado una baja respecto de los promedios normales.

La incertidumbre del sector pasa por el precio al que podrán colocar la producción. Según la entidad, no hay un precio estimado y diferenciado para el durazno de primera, segunda o molienda; a raíz de los vaivenes que ha tenido la economía y las cadenas de costos generales desde la asunción del nuevo gobierno.

En cuanto a la ciruela, la perspectiva es que la cosecha sea récord. Según técnicos del Instituto de Desarrollo Rural (IDR) de la provincia de Mendoza, al no haber caído heladas durante el invierno – que llegaron a reducir la producción a un tercio del total estimado -, es probable que el resultado sea positivo.

De hecho, se espera que la ciruela destinada para la industria arroje un resultado 121.245 toneladas; un poco más del doble que la cosecha 2023 y la mejor 2017.

El único punto que tiene nervioso al sector respecto del resultado positivo, es que semejante volumen de fruta implicará mayor contratación de mano de obra; además de haber falta de capital y capacidad instalada para disecar la fruta. Según se supo, desde el Clúster de Ciruela Industria de Mendoza buscan financiamiento para poder afrontar los gastos, luego de varias temporadas de varias cosechas que minaron la espalda financiera de los productores.

El contraste con Chile

La comparación con la producción trasandina de la fruta de carozo es muy desproporcionada. Chile fundamentalmente exporta ciruelas japonesas, ciruelas europeas y duraznos y pelones (o nectarines). Según los informes que llegan, el año pasado, el 84% de las frutas de carozo que se comercializaron en el mundo provenían del hermano país.

Así, las previsiones para la actual temporada, indican que las empresas exportadoras chilenas, representan el 92% de los volúmenes de ciruelas japonesas, el 72% de ciruelas europeas y el 93% nectarines que se exportarán al mundo. Se espera un volumen superior a los 30 millones de cajas contabilizando todas las variedades. Cada una va de 7 a 9 kilos según la variedad.

Así, las ciruelas japonesas (cajas estandarizadas de 7 kg) se espera que los envíos alcancen los 13.393.586 de cajas, reflejando un crecimiento de 19% respecto a la temporada anterior. En ciruelas europeas (cajas estandarizadas de 9 kg) los envíos llegarían a 8.115.821 de cajas, con un crecimiento de 25% en relación al ejercicio anterior. Mientras que las exportaciones de pelones/nectarines (cajas estandarizadas de 8 kg) las mismas alcanzarían las 12.468.881 de cajas, con un crecimiento de 22% en relación al periodo anterior.

Como notará el lector, la diferencia con nuestro país es abismal, a pesar de contar en nuestro territorio con todas las condiciones para poder desarrollar debidamente el sector y que sea rentable.

Será cuestión de planificar y resolver. La fruta es trabajo y alimento.

Fuente: IDR / Más Producción / SimFruit