Hay ingleses que son más ingleses que otros

DNU 70/23: Título I
27 diciembre, 2023
Agro, dólares y venenos
28 diciembre, 2023
ver todo

Finalmente se unió parte de la línea punteada, y desde el Ejecutivo de nuestra provincia más austral, se estaría haciendo un planteo de reclamo de soberanía une la invasión británica con la explotación offshore. De todas maneras, hasta ahí.

Redacción

Siempre “algo” suele ser mejor que “nada”. Previo a la Noche Buena del pasado fin de semana, se conocieron algunas declaraciones por parte del gobernador de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida Argentina e islas del Atlántico Sur, Gustavo Melella, respecto de una operación de compran-venta realizada entre empresas británicas y alemanas que operan en las costas fueguinas y en aguas adyacentes al territorio invadido por Inglaterra.

Tales operaciones vienen de lejos. Esta Redacción ha dado cuenta de los planes británicos respecto de la búsqueda y explotación de petróleo y gas off shore al sur y al norte del archipiélago. Tal vez a los lectores les suene “Sea Lion”, tal como denominan los invasores a uno de los enclaves a explotarse.

De hecho, la propia corona británica dio varias vueltas respecto de las concesiones de exploración, compras, ventas y sesiones al respecto de estos supuestos yacimientos. Si bien ahora dicen que efectivamente hay hidrocarburos y que “es rentable” sacarlo, durante al menos una década, varios sectores en Argentina hemos visto esta aventura petrolera como un factor más de consolidación de la invasión; dándole mayor cobertura logística al saqueo pesquero promovido por los británicos; y distrayendo la atención.

Tal vez, de ser ciertas las existencias de hidrocarburos en “Sea Lion”, Gran Bretaña lo esté admitiendo públicamente por dos o tres razones que también se vienen mencionando en este medio: la posición del invasor está más consolidada que nunca; mejoró y optimizó el saqueo pesquero otorgando licencias legitimidad por el concierto internacional; sumó mayor capacidad operativa en cuanto a buques guardacostas; el archipiélago posee la mayor Base OTAN por fuera de Europa; posee una mayor cobertura comunicacional gracias al radar e LEOLabs en Tolhuin – Tierra del Fuego -; y tiene dos perlitas que logísticamente le abaratan la maniobra: la primera; el proyecto Fénix en las costas fueguinas entre otras explotaciones; y segundo, el proyecto Argerich I frente a las costas bonaerenses, pagado por YPF para que lo exploten la angloholandesa Shell y la noruega Equinor.

Todos estos hechos, si bien serían causa más que suficiente para que los gobernadores fueguinos estén a los saltos desde hace mucho tiempo, no han tenido demasiada repercusión salvo en los sectores siempre vinculados ala lucha por la recuperación de la Soberanía. El resto, poco y nada; obedeciendo también a las actitudes de la Rosada a lo largo del tiempo, de la que ha decantado bastante diseño gráfico y no mucho más – salvo las continuas declaraciones del Comité de Descolonización de la ONU que siempre falla a favor nuestro si Cancillería lo solicita -.

¿Qué dijo Melella?

El parte oficial detalla que el gobernador de Tierra del Fuego, rechazó la compra de las operaciones de gas y petróleo en la zona del Atlántico Sur realizada por la firma británica Harbour Energy a la compañía alemana Wintershall Dea, que incluyen su participación en el denominado «Proyecto Fénix», la mayor inversión del país en materia energética.

El lector que no está a tanto se preguntará, ¿qué tiene que ver una cosa con otra? El asunto es tan simple como incoherente: el Proyecto fénix, es la explotación de un yacimiento de gas off shore en las costas fueguinas. Las empresas que lo llevan adelante son: la francesa TotalEnergies, la alemana Wintershall Dea y la “argentina” Pan American Sur (propiedad del Grupo Bridas de la familia Bullgheroni; ergo, de la British Petroleum).

El «Fénix» comprende la instalación de una plataforma submarina en la Cuenca Marina Austral para la extracción de gas convencional a partir de fines de 2024; y promete dotar al sistema nacional de «10 millones de metros cúbicos de gas por día». Esto último hay que tomarlo con pinzas, porque también se ha dicho que la totalidad del gas extraído derivaría a exportaciones de las empresas explotadoras. Cosa que estaría muy mal pero que no sería de extrañar. Más allá de eso, las empresas mencionadas estarían realizando una inversión de 700 millones de dólares.

El asunto es que la británica Harbour Energy compró Wintershall Dea. El problema radicaría en que la primera es una de las empresas que explotaría – o iba a explotar, ya no está tan claro en realidad – los yacimientos off shore en Malvinas. Visto en términos de lógica de negocios, a los tipos le conviene porque abaratan operaciones, comprando empresas que ya estén instaladas en la región, con desarrollos de plataformas y suministros organizados.

El propio Melella dijo que es la misma empresa que durante 2022, fue intimada por la Cancillería argentina por anunciar actividades de exploración hidrocarburífera en las Islas Malvinas sin la autorización pertinente por parte del gobierno argentino», aunque terminó «retirándose del proyecto». Las acciones serían “contrarias a las leyes 26.659 y 26.915″. Pero lo que “cambia” ahora, es que la Harbour Energy ahora está mojándose las patas en las costas al norte de Río Grande, a través de su nueva adquisición.

Al pie de la nota compartimos un enlace a un artículo del portal fueguino “Boca de Pozo”, donde constan mayores detalles tanto del caso Harbour como del petróleo malvinense. Los colegas han realizado una cobertura amplia al respecto y recomendamos su lectura directa.

Para finalizar quisiéramos destacar una sola cosa que nos parece importante por la enorme contradicción que encierra.

Lo dicho en coberturas anteriores respecto de este tema: la presencia de explotaciones británicas en el territorio fueguino es muy anterior al conflicto Harbour o incluso a “Sea Lion”. Pero se ve que hay algunos más ingleses que otros, porque en los últimos tres años tendría que haber habido una reacción más que elocuente por parte del Ejecutivo fueguino respecto del Proyecto Fénix – donde la British Petroleum tiene participación a través del grupo Bridas -, o de la propia instalación de radar de la firma británica LEOLabs, de la cual ya hemos hablado en otra oportunidad.

Si bien saludamos que Melella haya reaccionado, esperamos una acción más atenta y enérgica respecto a todos los intereses británicos que están instalados en el territorio provincial. Por si hace falta aclararlo, la invasión inglesa está circunscripta a la menos la mitad de nuestra mayor provincia argentina.

Lectura recomendada

Informe: Historia del embargo de U$D 156 millones a empresas petroleras británicas por operar ilegalmente en Malvinas.

Fuente: Gobierno de Tierra del Fuego, Antártida Argentina e Islas del Atlántico Sur / Télam / Boca de Pozo / Archivo Chasqui Federal

Invitame un café en cafecito.app

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *