El sector estima un pérdida importante en los resultados finales de la campaña respecto de los pronósticos. Según la zona que se trate, la falta de agua repercute ya no sólo en los rendimientos, sino en la supervivencia o no del cultivo.

Redacción

En el sudeste bonaerense, centro de producción de la cebada, la misma se encuentra entre la floración y la espigazón; aunque dadas las pocas lluvias se espera una caída de rindes cercana al 8%.

Por lo tanto, de 5,5 millones de toneladas estimadas de cosecha, hasta el momento, se estarían cayendo 400.000 toneladas a causa de la seca que asola a la pampa húmeda.

Según la Bolsa de cereales y diagnósticos de los mismos productores, hay regiones donde el cultivo presenta complicaciones severas. Salvo la zona Norte de La Pampa y el Oeste de Buenos Aires, donde la semana pasada cayeron algunas lluvias que reacomodaron la situación; en gran parte de los cuadros sobre el centro, el núcleo Norte y la zona Sur, ya se registran pérdidas de cultivo o descenso de rindes según el caso. En el Sur de La Pampa y el Sudoeste de Buenos Aires, se espera que los cuadros se recuperen a partir de las lluvias pronosticadas y las caídas días pasados.

Sin embargo, en sectores del Sudeste Bonaerense, se depende de nuevas precipitaciones en el corto plazo para mantener los rendimientos potenciales.

De todas formas, la palabra final la tiene la conclusión de la campaña: la cosecha y la posterior comercialización y cobro de contratos. Es usual tirar datos negativos o positivos, para ir generando ciertos “climas de mercado”.

Lo cierto también, es que está sobradamente comprobado que aquello de “con buenas lluvias y una buena cosecha, el país sale adelante”, ya no estaría funcionando.

Fuente: Bolsa de Cereales de Buenos Aires / Cámara de Bahía Blanca