La iniciativa fue anunciada durante la semana pasada. Los fondos están destinados a tres proyectos de desarrollo de procesos de producción de tecnología para ser aplicada en el área energética.
Redacción
Los anuncios y la información tienen casi una semana, pero no tuvo mayor repercusión fuera de los portales oficiales. La Comisión Nacional de Energía Atómica (CONEA) recibió financiamiento para desarrollar tecnologías claves en la denominada transición energética. Tales recursos estarían destinados a financiar investigación en tecnologías y procesos industriales vinculados al agregado de valor del litio y el hidrógeno.
La información gubernamental, dice que el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y la Secretaría de Energía, entregaron formalmente financiación a tres proyectos impulsados por la CONEA, con recursos provenientes del Fondo Argentino Sectorial (FONARSEC). El acto involucró en total, 13 proyectos con aportes cercanos a los 1.200 millones de pesos.
Las tres líneas que involucran a la CONEA son: la separación isotópica de litio para usos en tecnología nuclear de alto valor agregado; el desarrollo de generadores basados en pilas de combustible de óxido sólido alimentadas con hidrógeno producido a partir de combustibles tradicionales; y el desarrollo tecnológico para la producción nacional de electrolito para baterías de litio “ElectroLitAr”.
En cuento al primero, involucra a la Gerencia de Área Investigación y Aplicaciones No Nucleares (CNEA), INVAP SE y Nucleoeléctrica Argentina SA. El objetivo es desarrollar técnicas físicas y electroquímicas de separación de los dos isótopos estables del litio, que sean ambientalmente benignas y que permitan agregar valor a las reservas que Argentina tiene en la región de la Puna, en una proporción de varios órdenes de magnitud mayor a la que tiene el carbonato de litio para fabricación de baterías.
Las sales de litio-7 se podrán usar para el tratamiento químico de reactores basados en uranio natural y agua pesada, mientras que el litio-6 se podrá usar en reproductores de tritio (reactores de fusión) y otras aplicaciones de tecnología nuclear.
Respecto del segundo proyecto, involucra al Área Aplicaciones de la Tecnología Nuclear (CNEA), Santa Fe Gas y Energías Renovables ENERFE SAPEM, y Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Aquí se apunta a desarrollar un prototipo de generador eléctrico tipo celda de combustible SOFC de 5 kW, que permita articular esta tecnología en el país, al menor costo posible e incorporando la mayor proporción de mano de obra y tecnología local.
La información indica que se partirá de un prototipo importado para estudiar e identificar componentes que puedan reemplazarse o desarrollarse localmente, con el objetivo de construir en el país un segundo prototipo. Se apunta a la incorporación de 50 / 60% de tecnología nacional. Los mayores desafíos tecnológicos son desarrollar el reformador y el módulo de stacks.
En cuanto al tercer proyecto que involucra al Complejo Tecnológico Pilcaniyeu (CNEA), YPF Tecnología SA, CLORAR Ingeniería SA y el Centro de Química Inorgánica CEQUINOR-CONICET, se propone desarrollar la producción nacional de electrolito para baterías de ion-litio a partir de la síntesis de la sal hexafluorofosfato de litio (LiPF6) y la formulación de la preparación de soluciones específicas para tal fin. El proyecto incluye la síntesis de LiPF6 a escala laboratorio (1-10 gramos) y el posterior desarrollo en una escala de 500-1000 gramos, finalizando con el diseño conceptual de una planta de producción de aproximadamente 2 toneladas anuales.
Más allá de la cantidad de recursos destinados y los tiempos que demanden las distintas etapas de investigación y desarrollo, es importante que el Estado nacional pueda fomentar y conducir la transformación tecnológica. Es la manera de recorrer la senda hacia las tecnologías que resulten convenientes al modelo de desarrollo argentino; y que al mismo tiempo contribuyan al despliegue del potencial industrial que nuestro país posee, de cara a cortar con la dependencia del paradigma tecnológico extranjero.
Fuente: Secretaría de Energía / CONEA