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Litio, geopolítica, posiciones dominantes y evasión fiscal

Un nuevo gigante minero se constituyó en el mundo. Se convirtió así en una de las más grandes empresas explotadoras de litio del globo. Tiene explotaciones y antecedentes de evasión fiscal en nuestro país.

Redacción

La concentración global no se detiene, y las fusiones afectan directamente a la actividad minera en nuestro país. Tal como abordamos meses atrás desde esta Redacción, la empresa que encabeza la producción de litio a nivel global, Arcadium Lithium, oficializó la unión entre Allkem Limited y Livent, y se formalizó definitivamente un nuevo gigante mundial.

Desde sus comunicaciones oficiales la firma de origen norteamericano, Arcadium Lithium (AL), se jacta de ser prácticamente la única firma que posee a hacia su interior la cadena integrada en referencia a todo lo que implica al mineral. Abarca desde la minería de roca dura hasta el procesamiento convencional de salmueras basado en estanques y extracción directa de litio (Direct Lithium Extraction, DLE). Asimismo, llevan adelante el procesamiento químico del recurso, en diferentes ubicaciones estratégicas alrededor del mundo.

Entre los factores de mayor relevancia que sucederán con esta fusión, es que AL, amplia significativamente su cartera de proyectos y plantas químicas a lo largo de la cadena de valor del litio. Asimismo, le permitirá reducir costos frente a su competencia directa, a partir de haber incorporado, bienes complementarios al proceso de producción y modelos de negocios de las otras firmas.

Eso implica, asimismo, concentrar infraestructura de escala internacional, con explotaciones ya en desarrollo y mayor capacidad de ejecución y planificación de nuevos proyectos.

Lógicamente, la nueva mega empresa se arroga “liderazgo” internacional en cuanto a su contribución a la descarbonización y el cambio de matriz energética.

En Argentina, AL tomará posesión de los proyectos de litio en actividad de Livent y Allkem, que son Sal de Vida y Fénix en el Salar de Hombre Muerto en Catamarca, operativo desde 1998; y Cauchari y Olaroz en Sales de Jujuy, que produce desde 2018. Los primeros pertenecían a Livent, mientras que los restantes a la australiana Allkem.

De acuerdo a las cifras de exportaciones del sector, las dos empresas fueron responsables en la Argentina de ventas de carbonato de litio al exterior por 696 millones de dólares en 2022. Según los informes, AL concentrará en nuestro país, una capacidad de producción instalada de 37,5 mil toneladas de carbonato y una producción anual promedio de 33.000 toneladas, y es considerado el cuarto proveedor global detrás de Australia, Chile y China.

La megaempresa también contará entre sus activos a las operaciones litíferas de Nemaska y James Bay en Canadá; Naraha, en Japón; Mount Cattlim, en Australia; más plantas y laboratorios de procesamiento en Estados Unidos, Reino Unido y China.

Es decir, ahora Arcadium Lithium forma parte de las cinco primeras empresas más grandes del mundo, junto con la norteamericana Albemarle; la Sociedad Química y Minera chilena (SQM); la australiana Pilbara Minerals; y las chinas Ganfeng y Tianqi.

Desde Argentina poco se podrá hacer desde una óptica soberana. El Gobierno anterior se negó a realizar lo que hicieron Bolivia, Chile y México: declarar al litio recurso estratégico y nacionalizar su explotación. De esta manera, nuestro país queda a merced de la puja entre Estados Unidos y China por el domino de la cadena global del recurso; y a la cual australianos, canadienses e ingleses, le prestan servicios operativos.

Por último, otra “mala” para Argentina. En el papeleo preparatorio para la fusión que tuvo lugar en Estados Unidos, Arcadium asume una deuda con el Estado Nacional Argentino, producto de una multa por evasión fiscal en materia de retenciones a la exportación.

Según se supo oportunamente desde la propia Aduana el monto evadido alcanzaba los 8 millones de dólares. Por tanto, el Estado argentino le impuso una multa – que la empresa reconoce – de 6.300 millones de pesos.

Lo malo es cual de las firmas fusionadas se hace cargo de la operatividad del nuevo gigante. En Argentina, más allá de su explotación a mansalva, en términos fiscales, la australiana AllKem tenía una “conducta intachable” según la Aduana. Sin embargo, la otra firma – Livent – era la que había evadido lo mencionado anteriormente.

¿Adivinen qué? ¡Sí señor! La firma que quedó a cargo es el residual de Livent. Que todavía no pagó.

Fuentes: Secretaría de Minería de la Nación / Aduana Argentina / Minería y Desarrollo.

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