Finalmente, el préstamo anunciado durante la gira del superministro casi presidente, Sergio Massa, por Estados Unidos, fue aprobado por el BID. 700 palos verdes con el objetivo de “promover la estabilidad económica”.
Redacción
Atentos al comunicado emitido, el financiamiento – en criollo, deuda externa – aprobado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), está en línea y coordinado con el Programa se Servicio Ampliado del Fondo Monetario Internacional (FMI) – más deuda.
Con el objetivo de “promover la estabilidad económica y fortalecer las finanzas públicas, el BID aprobó el préstamo de 700 millones dólares que irían destinados a reservas para pagos en dólares a corto plazo, asistencia social destinada a “grupos vulnerables”, y hacia obras de infraestructura.
En consonancia con lo acordado con el FMI, el dinero del BID llega con la condición de que se implementen las reformas necesarias para reducir el déficit de las cuentas estatales – es decir, que el Estado no gaste más de lo que recauda -, promover la estabilidad de los precios y “asegurar la sostenibilidad de la deuda».
Según el documento, este préstamo tiene un periodo de amortización de siete años; pero con tres de gracia. O sea; Argentina comenzaría a pagarlo a mediados de 2025. La tasa de interés que contiene es la denominada SOFR (Secured Overnight Financing Rate; o en castellano, Tasa de Financiamiento a un Día Garantizada), que establece la Reserva Federal de los Estados Unidos; y que más allá de los picos altos y bajos, gira en torno al 3,5% anual.
Así, Argentina totalizará hacia fin de este año préstamos del BID por 1.200 millones de dólares. Además a partir de las “gauchadas” del FMI, nuestro país, percibirá U$S 3.800 millones adicionales. Es decir, 5.000 millones de dólares, a los que se sumarán antes de fin de año, otros 5.800 millones.
Es decir: al clavel acumulado de 44 mil millones sólo con el Fondo, se suman en apenas 90 días, 10.800 millones de dólares. Mango por mango prestados bajo las mismas condiciones.
Por lo tanto, resta plantear lo siguiente: si Argentina no puede tocar nada de su ecuación económica, ni de su matriz productivo-energética, ¿cómo vamos a hacer para devolver la guita?
Las cuentas públicas están reventadas; hay un 50% de pobres y un 70% de desempleados o con problemas de trabajo. Las cadenas productivas y energéticas, mantienen un status de concentración y extranjerización cada vez más pronunciado.
Difícil, ¿no? No hay promesa que aguante. ¿Con qué van a hacer campaña el año que viene? ¿Con la promesa de intento de bajar cinco guitas la tasa de interés?
Fuente: BID / MEcoN