Usted primero lea y hágase un dibujito mental. Luego si quiere, enójese. Pero en aras de la soberanía nacional, algunas empresas que son más soberanas que otras y están en todas. Como la mugre.
Redacción
La empresa estatal ENARSA, llamó recientemente a un concurso para adjudicar el servicio Operación y Mantenimiento del gasoducto “Néstor Kirchner”. Recordemos que el primer tramo de dicha obra, que va de Tetrayén (Neuquén) a Salliqueló (Buenos Aires), se encuentra días de inaugurarse.
Llama la atención la poca anticipación de la convocatoria para cubrir tan importante servicio. Según ENARSA, dado los tiempos y la necesidad de acortar los plazos de adjudicación, la firma estatal “optó” por convocar a una “competencia privada”; e invitó a dos empresas. Las mismas son las transportadoras de gas que tiene el país: Transportadora Gas del Norte (TGN) y Transportadora Gas del Sur (TGS), que según ENARSA, son las únicas con “experiencia para gestionar tuberías de gran porte”.
Así, todo se hizo rapidito. El pasado miércoles se habrían abierto los sobres que presentaron las dos empresas convocadas, y según se informó, la firma que propusiera el precio más bajo para la prestación, se quedará con el contrato. ENARGAS se encargó de aclarar institucionalmente, que el proceso de adjudicación se realizará tal lo establece la Ley de Hidrocarburos N° 17.319.
Fuentes vinculadas a la actividad afirman que e contrato debería quedar en manos de TGS, firma que está controlada por Pampa Energía, de Lewis y Midlin, quienes además están vinculados a través de SACDE, en la Unión Transitoria de Empresas (UTE), que junto a Techint está participando de la construcción del gasoducto. Además, TGS posee instalaciones, contratos y operaciones, en cercanías a Tetrayén y a Salliqueló.
Pero, como la competencia es “intensa y descarnada” en aras de “los intereses soberanos del país”, coso y etcétera, etcétera, TGN tiene las esperanzas intactas de poder ganarle a su competidora. La firma que opera el sistema de gasoductos Centro-Oeste, y que es controlada por la firma Tecpetrol, brazo petrolero del grupo Techint y CGC (Corporación América); y que al mismo tiempo – como se dijo -, es socia de SACDE en la UTE que construye el caño… ¿Cachai?
El concurso lanzado por ENARSA, implica una década de contrato. Trascendió además, que la firma que gane, tendrá muchas posibilidades de hacerse de la misma concesión, pero para el segundo tramo – que irá de Salliqueló a San Jerónimo (Santa Fe) -.
Por otro lado, la empresa que gane, tendrá prioridad para intervenir en el despacho comercial del gasoducto, porque indirectamente, será quién definirá el cupo de gas que envié cada productor por el gasoducto. En criollo, definirá los volúmenes transportados por un caño, donde entre las principales accionistas y propietarias están las siguientes empresas productoras de gas en Vaca Muerta: Tecpetrol, Pampa Energía, y CGS.
Sí, hizo bien la cuenta, se trata de las mismas empresas que ponen huevos en todas las canastas y se quedan con todo. Pero hay más…
Se supone, según la planificación de infraestructura que impulsa el Gobierno Nacional, el gasoducto “Néstor Kirchner”, podría conectarse con el sistema de gasoductos que opera TGN; que dicho sea de paso, va hasta la frontera con Bolivia – guarde en su memoria este dato unos minutos -. Además, no hay que olvidarse que la idea también es extender el caño hasta la frontera con Brasil.
Por lo tanto, aquello que parece una disputa enconada por prestar “el mejor servicio patriótico”, en realidad es un negocio que se está acomodando con “carpa” entre distintas gerencias de una misma sociedad de empresas, en busca de integrar verticalmente un segmento de la cadena gasífera: producción, obra de infraestructura, transporte, mantenimiento, distribución, exportación.
Es difícil poder darle legitimidad al acto. Se nota mucho. Está claro quiénes definen la política energética argentina: en el segmento petrolero manda Estados Unidos; y en el gasífero Gran Bretaña.
Una puntadita más
La minera canadiense Alpha Lithium tiene proyectos de litio en salares que vienen siendo demandados por otras grandes mineras internacionales. La firma tiene contratos en la provincia de Catamarca, con el Salar del Hombre Muerto. Esta es una de las mayores reservas de litio del país. También están ahí, los proyectos de la coreana Posco y la norteamericana Livent.
Otra patita de la canadiense está apoyada en el Salar Tolillar – provincia de Salta – ubicado en Salta. Allí, Alpha comenzará las primeras producciones de prueba en junio y planea producir comercialmente 50.000 toneladas anuales de carbonato de litio (el doble de lo que hoy produce y exporta en total la Argentina).
Una de las grandes empresas que quieren participar de los proyectos y contratos de Alpha es Tecpetrol – sí, la de Techint, que está en Vaca Muerta, los gasoductos y demás – . Según la fuente, la empresa argentina quiso comprar a la canadiense, aunque éstos rechazaron la oferta.
Pero… ¿por qué querría comprar una empresa minera con presencia en el litio argentino? Porque Tecpetrol es “muy buena”, tiene “conciencia ambiental”, y quiere participar en la “transición energética”, en una región de rápida vinculación logística con los gasoductos que gerencia, en una zona de frontera que incluye a Chile y Bolivia, y con el objetivo de participar de la explotación de un recurso natural estratégico para el país y Nuestra América.
En esta redacción no somos muy inteligentes ni tenemos tantas luces. Pero aflojen muchachos que se nota mucho…
Fuente: ENARSA / Secretaría de Energía / EconoJournal / Minería y Desarrollo