La parte empresaria solicitó el “dólar langostino”, a sabiendas que no tendría asidero con las autoridades de Agricultura, Ganadería y Pesca. La zafra del langostino empezaría en los últimos días del mes y el conflicto tiende a escalar.

Redacción

¿A qué mente esclarecida se le puede ocurrir en un país con su economía absolutamente concentrada, primarizada y extranjerizada, crear tipos de cambios específicos para una actividad particular y que las demás miren con la ñata contra el vidrio? Sí, a los cráneos del cipayaje liberal del Frente de Todos a la Embajada. Verdaderos patos criollos.

El conglomerado de cámaras empresarias del sector pesquero denominado Intercámaras, se reunió con el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Juan José Bahillo, para reclamarle la implementación de el “dólar langostino”. Es decir, un tipo de cambio específico para el sector de cara la comercialización de la especie.

Era lógica que todos los sectores de la economía pidieran el mismo tratamiento que el otorgado a los sojeros. Es por ello que toca ahora enfrentar los reclamos y los diagnósticos de cada sector. Según la información oficial, el precio internacional del langostino continúa a la baja (un 16,4% menor a 2021). Desde los empresarios estiman que la perspectiva es que la valuación se reduzca a los mismos niveles de la crisis de la pandemia en 2020.

En la reunión con Intercámaras, Bahillo estuvo acompañado por Carlos Liberman, subsecretario de Pesca de la Nación, Carlos Liberman, y el director de Control y Fiscalización Pesquera, Julián Suárez. Ambos funcionarios juntan buenas y malas en el sector empresarial pesquero. Pero, dada la coyuntura, ambas partes tuvieron que establecer las conversaciones necesarias. Desde el sector empresario saben que es poco probable que el pedido de un dólar diferencial para la actividad se haga realidad.

El conglomerado de firmas pesqueras, denominado Intercámaras, está integrado por CEPA, CAPECA, CAPA, CAIPA, CAABPA, AEPC, UDIPA, CAFREXPORT y CAPIP.

Por otra parte, según las empresas, el mercado internacional pretende un langostino pelado y desvenado, ya que el producto entero y congelado, no estaría en las preferencias de los principales mercados importadores, siendo España el líder en adquisiciones pescados y mariscos de Argentina. Esta información fue reunida en la Feria de Congelados de Vigo, a la que el mismo Liberman acudió.

Por otra parte, está el factor 2023, todas las perspectivas indican que – más allá de los anuncios – en los próximos meses la situación será similar a lo que se vivió en 2022: inflación constante, dólar oficial deprimido, la política fiscal del Estado Nacional como poca flexibilidad, y la “crisis estructural de mercados” por el conflicto bélico europeo y sus tentáculos. Además, 2023 es un año electoral; los alineamientos y alianzas influirán tanto a los gobiernos, como a los sectores gremiales y empresariales.

La zafra del langostino está por comenzar en aguas provinciales al sur del paralelo 42°. Si bien se prevé una buena temporada, la misma lleva un retraso y recién ahora se está trabajando en la prospección del recurso. Es decir, los conflictos en el sector también abarcan a las particularidades provinciales.

Por lo tanto, Intercámaras sabe que tiene de aquí a fin de mes para obtener algún resultado desde las autoridades; y estas, que deben dar un panorama coherente de pasos a seguir para los armadores. Entre las prospecciones y las habilitaciones de pesca suelen transcurrir 10 días. Para lo cual se estima que los últimos días del mes comenzará el langostino en Chubut.

De algo estamos seguros: esto no termina aquí. Todos están intentando ganar el mayor tiempo posible antes de escalar el conflicto.

Fuente: SAGyPN / Informe Pesquero