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Tiemblen los Tiranos 159: Ese espíritu miserable

Columna que existe para difundir y divulgar hechos y reflexiones sobre la historia, desde una visión, federal, popular y latinoamericana. Reproducimos a continuación la entrevista de Santiago Asorey a Julio Fernández Baraibar publicada en Agencia Paco Urondo (APU) donde se explaya sobre el papel histórico de Bartolomé Mitre, la Triple Alianza y el Mercosur.

El Editor Federal

Agencia Paco Urondo: Usted, pertenece a una escuela historiográfica que tiene una visión profundamente negativa del rol de Bartolome Mitre en la historia del país. Hoy nos toca analizar su rol en la guerra de la tiple alianza al Paraguay. ¿Qué análisis podría realizar sobre el rol de Mitre en ese conflicto bélico?

Julio Fernández Baraibar: Mitre ha sido el personaje más nefasto para los intereses nacionales y del pueblo argentino en el siglo XIX. Como expresión clara y directa de la burguesía comercial porteña, Mitre logró imponer una despótica dictadura sobre el interior del país con el puro objetivo de preservar para la ciudad-puerto el monopolio de la renta aduanera.

Además fue el intelectual que dio forma e impuso como política de estado la visión oligárquica y porteña del pasado y del mundo, consolidó la fragmentación nacional de la Suramérica española y dio inicio a la alianza estratégica entre la oligarquía bonaerense, la burguesía comercial porteña y el Imperio Británico.

Específicamente, en la Guerra de la Triple Alianza, Mitre actuó como ya había actuado, en La Rioja, con el levantamiento del Chacho Peñaloza. Para Mitre y el partido porteño, el Paraguay de los López expresaba los mismos intereses, pero con la fuerza de un estado organizado, por los que se levantaban los pueblos del interior rioplatense. Los López, padre e hijo, habían logrado construir, en la heredad jesuítica y guaraní, un estado soberano y progresista, con una justa distribución de la tierra e importantes avances en un proceso de industrialización autónomo.

El Paraguay era el ejemplo y modelo del desarrollo por el que se alzaban las provincias norteñas. Bartolomé Mitre fue el armador político de esa triple y nefasta alianza entre el imperio esclavista del Brasil, la Argentina y el partido Colorado del Uruguay. Obviamente, detrás de esta alianza se alzaba la sombra ominosa del Reino Unido, permanente aliado del Imperio Brasileño y admirado amigo del presidente argentino. Sin Mitre no hubiera habido Triple Alianza, quizás Pedro II habría sido obligado a encarar en soledad su campaña contra Solano López.

Ya iniciada la guerra, que fue muy larga y sangrienta, Mitre pudo dar rienda suelta a su pulsión a ser visto como un gran estratega militar, tarea para la que estaba notoriamente privado de toda virtud. Bartolomé Mitre lanzó una guerra fratricida contra la voluntad de los pueblos del interior, que en reiteradas oportunidades se levantaron contra el gobierno porteño.

APU: En este sentido, también le quiero preguntar por la visión geopolítica del conflicto. El rol de Inglaterra, Brasil y Uruguay frente a Paraguay. ¿Qué era lo que se dirimía detrás?

J.F.B: Se dirimían varias cosas. Desde una perspectiva comercial, el Reino Unido buscaba el abastecimiento de algodón para su industria textil, suspendida la provisión proveniente de EE.UU., en medio de su guerra civil. Como se sabe, el sur esclavista y productor algodonero tenía una alianza con el Reino Unido muy parecida a la que al fin del siglo XX tuvo la oligarquía terrateniente bonaerense.

Pero lo que centralmente estaba en juego era la existencia de un modelo político y económico autónomo, capaz de traer prosperidad y modernización, sin entregar el manejo de sus recursos y su producción al incipiente proceso de imperialismo encabezado por el Reino Unido. En el corazón del continente se levantaba un país y un largo y exitoso gobierno que no había cedido a la presión del liberalismo proinglés, que no sufría el cáncer latinoamericano del latifundio, con ciudadanos propietarios y donde el estado acompañaba e incentivaba la modernización y refinamiento de la sociedad: ferrocarril, flota mercante, industria textil. Este modelo, diríamos hoy, era visto con simpatía por las provincias argentinas e, incluso, por el partido blanco uruguayo, en el poder y enfrentado en una guerra civil con los liberales colorados.

En cada uno de los países de la cuenca del Plata había fuerzas sociales y políticas en condiciones de encolumnarse detrás de un proyecto similar al paraguayo y enfrentar y derrotar de una vez por todas a la burguesía comercial porteña y su monopolio portuario. Los levantamientos de López Jordán y de Felipe Varela, en Argentina, dan prueba de ese apoyo.

En mi libro Un Solo Impulso Americano he escrito: “En ese sentido, la Guerra de la Triple Alianza encuentra al Paraguay en el mismo campo de intereses que los de Lincoln y los estados norteños, en EE.UU., y de Bismarck y el capitalismo alemán, mientras que Mitre y el Imperio de Brasil se encuentran jugando el papel que los estados esclavistas confederados y los miniprincipados alemanes jugaron en sus respectivos enfrentamientos”.

APU: ¿Qué consecuencias tuvo la guerra de la triple alianza para la región?

J.F.B.: La derrota del Paraguay de los López fue un golpe de muerte a los intentos independentistas y unificadores en el siglo XIX. La balcanización de Hispanoamérica comenzó a consolidarse. El Imperio de Brasil, una potencia europea asentada en Suramérica, se convirtió en garante de esa balcanización. Solo cuarenta años después, ya sin imperio y con un estado nacional estable, con Roca en Argentina y el Barón de Río Grande en Brasil, los dos grandes países volverían a conversar sobre el destino del continente. Y recién con el gobierno del general Perón la Argentina reconoció el lamentable papel jugado en aquella guerra fratricida y le devolvió las banderas paraguayas obtenidas en el enfrentamiento.

No obstante, el Paraguay nunca logró volver a ser lo que había sido con los López. El casi exterminio de su población masculina, la ocupación del gobierno por parte de sectores vinculados a las intrigas brasileñas, la guerra del Chaco -una consecuencia directa de la guerra de la Triple Alianza- detrás de la cual se escondían intereses imperialistas y tensiones entre Argentina y Brasil como producto de la balcanización, es decir la historia del Paraguay después de la guerra ha generado un sector dominante ligado al sector financiero y correa de transmisión de los intereses yanquis en la región. Si algún papel debe cumplir el Mercosur en la construcción de una integración de la cuenca del Plata es ayudar y sostener el desarrollo industrial del Paraguay. En el siglo XXI es la responsabilidad de, básicamente, Argentina y Brasil.

APU: Por último, le quiero preguntar que vigencia le considera al mitrismo en los problemas políticos de la Argentina de hoy.  ¿Dónde se expresa esa continuidad? 

J.F.B: La existencia de una ciudad autónoma de Buenos Aires, donde reside como huésped el gobierno nacional, es la prueba institucional más fehaciente de la vigencia del mitrismo y de los intereses que el mitrismo encarnó. El capital financiero, local e internacional, es hoy, no solo el enemigo central del crecimiento argentino, sino del progreso del conjunto de las naciones del globo y, sobre todo, de la paz.

Cada vez que alguien se queja de la inmigración de los hermanos vecinos, cada vez que, con sombrío espíritu de usurero, alguien reclama porque los bolivianos o los paraguayos reciben atención gratuita en la salud pública argentina, cada vez que alguien menciona el adjetivo inviable en relación a alguna provincia argentina, es el espíritu miserable y fenicio de Bartolomé Mitre que vuelve a expresar su felonía.

Cada vez que un editorial de La Nación vuelve a enfrentar a San Martín con Bolívar o un charlatán a sueldo considera que abrirse al mundo significa ponerse al servicio del mundo anglosajón es Bartolomé Mitre quien desde el pozo del apuntador le está pasando letra. Tener presente la tragedia de la guerra que hemos llamado de la Triple Infamia es el mejor remedio para inmunizarnos de las patrañas mitristas.

Fuente: APU / Revista Patria Grande

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