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El Senador formoseño y tercero en la línea sucesoria presidencial, propone redoblar el proyecto del Corredor Logístico Bioceánico Norte, pero con eje en su provincia. Pretende unificar de este a oeste la región del trópico en cinco países.

Redacción

El liberalismo centralista le ha salido carísimo a la Argentina, y por lo visto, con la recalada de los conservadores del siglo XXI (autopercibidos “liberales libertarios”), la cosa pareciera que se pondrá peor.

Para muestra, alcanza con un botón: el Senador por la provincia de Formosa, Francisco Paoltroni, conductor del bloque oficialista en la Cámara Alta nacional, y por ende, tercero en la línea sucesoria, viene agitando con fuerza un proyecto que casi nadie cuestiona en el espectro político.

Se trata del reimpulso del Corredor Logístico Bioceánico Norte, que pretende unir los puertos de Paranaguá, Brasil sobre el litoral Atlántico del continente, con el de Antofagasta, Chile sobre el Pacífico.

Lo que plantea Paoltroni no es nuevo, el proyecto madre (el IIRSA) tiene un cuarto de siglo de desarrollo. Lo único específico es que en el recorrido propuesto para tal Corredor, la provincia de Formosa tendría una preponderancia especial. Según sus propias declaraciones a una radio de la Capital Federal, por esa provincia podría transitar una formación ferroviaria de cargas cada 15 minutos.

Paoltroni es un importante productor agropecuario formoseño, y por lo tanto, la propuesta lo beneficia directamente a él y a su círculo inmediato. Y de hecho, la propuesta tiene una lógica respetable: al productor formoseño, exportar a través de los puertos del litoral, se le encarece en materia de costos, dada la puja que existe en la vía navegable Paraná-Paraguay o bien mediante el transporte carretero.

Sin embargo, mediante el tendido ferroviario que una ambos puntos portuarios mencionados más arriba, dicho costo logístico se abarata exponencialmente, ya que el mismo se establece en relación ala producción propiamente dicha, más la capacidad de transporte y maniobra que tenga la zona productiva en cuestión. Que la mercadería salga o entre a continente por un puerto extranjero, le da lo mismo.

En Chasqui Federal hablamos de este tipo de proyectos en forma recurrente. Lo único que pretenden es llegar con la materia prima a los mercados internacionales de forma rápida y barata; al tiempo que también se pretende acceder a bienes manufacturados menos costosos. Eso es lo que básicamente sostiene la propuesta integral de IIRSA y sus derivados.

 De esta manera, Paoltroni impulsa los que el denomina los “Ferrocarriles de Sudamérica”. Una “Propuesta de integración ferroviaria y desarrollo territorial en Sudamérica”, según el informe publicado días atrás. En resumidas cuentes, consiste en desarrollar una red logística que permita conectar toda esta vasta región entre sí teniendo como referencia las cabeceras portuarias en Brasil y Chile.

La red ferroviaria impulsada tendría alrededor de 5.000 kilómetros en su eje principal esta/oeste, y combinaría bajo su influencia otros 40.000 kilómetros entre los cinco países que la conformarían. Además, estaría sustentada por infraestructuras ya existentes y otras estratégicas a crear. La idea es integrar diversas regiones del sur de Brasil, Paraguay, Bolivia, Argentina y Chile. El esquema está detallado en las Figuras 1 y 2.

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La propuesta es extremadamente elemental: “reducir los costos y los tiempos de transporte de los bienes producidos en el corazón de esta gran región”; es decir, productos agropecuarios, mineros, forestales, e hidrocarburos. Al tiempo que bajará significativamente los costos de bienes necesarios para la mejora de las infraestructuras y el desarrollo urbano como ser: el hierro, cemento, piedras, energía, u demás insumos industriales.

Lógicamente y en función de tal proyecto, este despliegue permitiría generar infraestructuras y equipamientos con menores costos en los pueblos y comunidades más aisladas de la región, asociadas a los servicios públicos básicos y fundamentales para el arraigo: agua potable, cloacas, electricidad, viviendas, pavimento y demás servicios.

El lector tal vez dirá: “el Paoltroni este es un fenómeno”. Algo también esperable que se piense por lo que comentamos al principio de la nota. Cosas tal elementales y básicas para el desarrollo poblacional de la denominada Zona Núcleo (el eje Rosario-La Plata), en el resto del país es un deseo y reivindicación permanente hace por lo menos un siglo.

Y claro… donde viene alguien a decir que con tal o cual proyecto van a resolver los problemas, esa persona consigue apoyo y legitimidad.

El asunto es que proyectos como ese, si bien podrían mejorar la situación relativa de los territorios involucrados, va en detrimento del desarrollo industrial nacional. Es decir, el Norte Grande exportará materias primas sin procesamiento ni valor agregado y comprará productos terminados.

Es más, si la cosa funciona, a la larga dejarán de referenciarse con el Gobierno nacional y las demás provincias del territorio, para hacerlo con los mandamases de los puertos por donde se canaliza en comercio.

Así, la respuesta al centralismo unitario, será la disgregación de la Nación. Un disparate similar al que proponen algunas provincias, respecto de “adherir” individualmente a los BRICS, pero con un proyecto logístico bajo el brazo.

Para cerrar, sólo decir que lo propuesto no es lo conveniente. Lo mejor para Argentina es integrar equitativamente al país en sus cuatro puntos cardinales. Con infraestructuras logísticas similares a la propuesta relatada, pero con foco en el trabajo y desarrollo argentinos.

En el Congreso Nacional hay cuatro proyectos de ley que van en ese sentido. Son bien federales con espíritu de descentralización bajo conducción del propio Estado y no por empresas extranjeras.

Ya sabemos que hoy se respiran otros aires. Perolas banderas no se bajan.

Fuente: Prensa Senador Paoltroni / Radio La Red / InfoCampo

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