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Irregularidades alrededor de la pesca de merluza negra en Tierra del Fuego, habrían motivado la denuncia de empresas con cuota asignada, contra otra que no tiene dicho permiso. Guita en juego y política exterior.

Redacción

La Ley Federal de Pesca prohíbe a las empresas que no tiene cuota asignada, enviar buques a pescar especies que están bajo el régimen de cuotificación. Cosa que se agrava un poco más si la especie en cuestión está protegida internacionalmente.

La merluza negra es una especie que está protegida por su limitada disponibilidad y altísima vulnerabilidad. Por lo cual la pesca ilegal en cualquier parte del mundo puede ser castigada por los organismos certificadores y hasta por el mercado. Pero también si conviene geopolíticamente se pueden hacer los tontos.

Una anécdota relacionada con esto, se dio hace dos años entre Estados Unidos y Gran Bretaña. Nuestros invasores proveían parte de la merluza negra que los yanquis compraban, hasta que se comprobó que su pesca era ilegal. En realidad era doblemente ilegal. Pero a los norteamericanos les importaba una de las irregularidades: la captura de la especie se realizaba en la zona de las islas Georgias del Sur (islas de San Pedro), que es considerada Área Marítima Protegida. La otra ilegalidad es que la flota británica pescaba en territorio argentino invadido.

Esto último a los yanquis no les importa pero a nosotros sí, porque está relacionado con los alineamientos geopolíticos de cada país y con los negocios que los motorizan. El incidente entre yanquis e ingleses ocurrió hace dos años. Estados Unidos dejó de comprarle merluza negra a los británicos como parte de las sanciones, y nos empezó a comprar a nosotros. Es más, los yanquis son los principales compradores de la merluza negra capturada por Argentina. El otro mercado importante para la especie es China.

La cotización en el mercado de la tonelada de merluza negra se estima entre los 24.600 y 25.000 dólares. Para comparar, la merluza hubbsi – la común -, cotiza entre 2.600 y 3.200 según la época y el mercado donde se comercialice.

La cosa es que días pasados en Tierra del Fuego, tuvo lugar un conflicto de importancia alrededor de las capturas de merluza negra y sus cuotas de pesca. Según la normativa vigente, dado su carácter de especie protegida, Argentina puede asignar cuotas anuales totales por hasta 600 toneladas. Para el caso de los buques que no poseen cuota asignada, el régimen establece un tope permitido de pesca “incidental” de 5 toneladas por marea.

Sucedió que el buque Tai An de la empresa armadora Prodesur SA perteneciente a Liu Zhijiang – empresario chino radicado en Ushuaia -, fue sorprendido pescando merluza negra sin cuota asignada durante los primeros días de este mes. Se estima que, llevaba capturadas alrededor de 140 toneladas. Algunas fuentes consignan que desde septiembre a esta parte, es la segunda vez que detectan al mismo buque pescando sin autorización.

La denuncia fue realizada por las empresas que poseen cuota de captura para la especie: Argenova, Estremar y Pesantar. La legislación vigente indica que el barco debía volver inmediatamente al puerto para que las autoridades dispongan de la carga y las sanciones correspondientes. Sin embargo, por supuestas presiones de “alto nivel” que según las fuentes podrían provenir desde la Cancillería o del propio Gobierno provincial, al Tai An se le permitió seguir en altamar.

Preguntando un poco más, parece que hubo algunos desencuentros y teléfonos descompuestos que derivaron en esta situación.

Como se dijo al principio, Argentina otorga licencias para la merluza negra por 600 toneladas anuales que pertenecen a su denominada “Reserva de Administración”. Ya asumido el nuevo gobierno, la firma Prodesur solicitó al Consejo Federal de Pesca (CFP) cuota por 300 toneladas para el buche Tai An; gestión que se habría realizado por intermedio del Gobernador fueguino, Gustavo Melella.

Las fuentes afirman que la solicitud llegó al CFP; pero sus autoridades aún no están constituidas porque el Poder Ejecutivo no las ha designado. Es decir, el CFP está paralizado; y para el caso de las cuotas de pesca se viene trabajando “en continuidad” con lo establecido por la gestión anterior. Por lo tanto, a Prodesur todavía nadie le autorizó ni le negó el permiso de pesca.

Tras la denuncia presentada ante la Subsecretaría y la Dirección Nacional de Pesca por las otras tres firmas, se comprobó asimismo que mientras tanto Prodesur, realiza ofertas comerciales de merluza negra “congelada a bordo” en el mercado externo.

Lo más curioso de todo fue lo siguiente: el Tai An cuenta con inspectora y observadores tanto del área de Pesca como del INIDEP. Tal es así, que desde la Dirección de Pesca habrían corroborado la excesiva captura de merluza negra por parte del buque con la lectura del parte de pesca electrónico. Lo mencionamos al principio: de un tope de 5 toneladas de tolerancia por pesca incidental, el Tai An traía 140. Una carga que cotiza algo más de 3,5 millones de dólares.

Una de las fuentes afirma que desde la Dirección de Pesca habrían solicitado el ingreso a puerto del barco. El artículo 55 de la Ley de Pesca que establece para estos casos, que cuando se “considere procedente por la gravedad del hecho, podrá interrumpir el viaje de pesca en el que se cometió la supuesta infracción, mediante acto administrativo debidamente fundado”.

Sin embargo, el Tai An sigue en altamar. En lugar de volver a puerto, le indicaron que se retire de la zona de conflicto.

Supuestamente, habrían sonado los teléfonos de la Dirección de Pesca, con llamados “intimidatorios” por parte de “personas con vínculos en la Cancillería”. Otros dicen que habrían sido “personas con vínculos con el Gobernador”. Ante la situación, el subsecretario de Pesca de la Nación, Juan López Cazorla, habría tomado la decisión de requerir únicamente que el barco se alejara del área de distribución de merluza negra, permitiéndole seguir pescando hasta el 18 de marzo, cuando tiene previsto el ingreso a puerto.

Veremos qué sucede después del 18. Cuentan además que estas cosas son moneda corriente en la actividad…

“Nene… Esto es una pelusita por unos pescaditos… ¿Sabés las que hay…?».

Fuente: Revista Puerto / Archivo Chasqui Federal

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