Reversión del Gasoducto del Norte: el “mercado” es así

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Reversión del Gasoducto del Norte: el “mercado” es así

Se les hizo toro la vaca a los muchachos. Tras la licitación fallida del primer tramo de la obra en octubre pasado, más las sentencias de “acabar” con la obra pública, los trabajos del gasoducto están detenidos y ya no llegan para proveer gas para este año. La CAF – que puso la guita -, presiona para que el Gobierno labure, mientras que se complica la posibilidad de importar gas para tapar el bache en el suministro.

Redacción

Parece que se empantanó aún más la tan ponderada obra de Reversión del Gasoducto del Norte. Inicialmente, su culminación estaba pautada para julio, pero ahora se demoraría en el mejor de los casos, 60 días más; hasta septiembre. Se trata de una obra de infraestructura clave para abastecer de gas natural a las provincias del norte del país, en especial a Córdoba, Tucumán y Salta; además de las pretensiones adicionales de exportar el hidrocarburo a Brasil.

Ya había tenido algunos inconvenientes en una primera etapa del proyecto, cuando a fines de octubre del año pasado, las empresas que presentaron propuestas para la realización superaban el costo previsto por el gobierno a través de ENARSA. Por lo tanto, hubo que reestructurar el proceso licitatorio.

Tras cartón, pasó el ballotage, el recambio presidencial, y la indicación de “suspender o terminar con la obra pública”. Por lo tanto, se planchó todo, y la nueva gestión intentó conseguirle “un novio” privado para que lo construya y concederle la explotación mediante contrato.

Sin embargo, el gobierno de los Fernández Massa, había solicitado oportunamente un préstamo a la Corporación Andina de Fomento (CAF) de 540 millones dólares para financiar la construcción. Ante las intenciones de Milei de realizar una adjudicación directa, la CAF notificó que no avalaría la operación y por lo tanto la obra debía ser relicitada.

La Reversión del Gasoducto del Norte es una obra planificada en cuatro etapas. Lo anteriormente mencionado corresponde solamente a la primera – denominada “Renglón 1” -, que contempla el tendido de 22 de los 122 Km de caños de 36 pulgadas de diámetro que conformarán el gasoducto La Carlota-Tío Pujio. Los restantes 100 Km del nuevo caño troncal del sistema de transporte de gas, serán construidos por la Unión Transitoria de Empresas (UTE) entre Techint y SACDE, que se adjudicaron los renglones 2 y 3 de la licitación de ENARSA.

Así las cosas, y con esa etapa del proceso licitatorio reiniciado, días atrás ENARSA aprobó las propuestas técnicas presentadas por las tres empresas que se presentaron: la UTE Techint-SACDE; BTU y la norteamericana PUMPCO. Las ofertas económicas se abrirían esta semana.

Lo que sigue es la preocupación derivada de “escupir para arriba”. Sin gasoducto no habrá abastecimiento propio y se complica la importación, ya que nuestros países hermanos que podrían vendernos – Brasil, Bolivia y Chile – por diferentes cuestiones que obedecen a las “lógicas de mercado”, tampoco estarían muy predispuestos que digamos a vendernos gas.

Argentina tenía un plan “B”, pero para ello debía resolver en diciembre o enero – a más tardar -, la licitación del mencionado “Renglón 1”. Esa segunda opción era la que había propuesto la empresa Transportadora de Gas del Norte (TGN), que planteó la posibilidad de revertir de forma manual dos plantas compresoras para incrementar un 50% la capacidad de transporte de gas desde la cuenca neuquina hacia el norte del país. Es decir, enviar 15 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/día) de gas desde Neuquén hasta Salta, pero para eso necesitaba que el gasoducto La Carlota-Tío Pujio estuviera operativo para julio. Ya dijimos que eso no será posible.

La que queda es la procesión a realizar por los despachos de nuestros países hermanos para que nos vendan gas. Pero está difícil; ya lo había advertido la ex secretaria de Energía y Minería – con Fernández y Milei respectivamente – antes del ballotage.

Así, en caso de poder acordar con Bolivia, la conversación deberá realizarse con las estatales YPFB y la brasilera Petrobras. ¿Por qué? Porque el gas que nos vendería Bolivia, sería mediante sesión previa de los brasileros, porque por razones contractuales, ellos tienen prioridad. El mercado es así.

De parte de los chilenos, ENARSA podría importar gas través del Gasoducto NorAndino. Sucede que la capacidad de transporte del ducto está a tope, porque importantes empresas que operan en el país vecino, requieren esa capacidad logística para hacerla llegar a Puerto Mejillones, transformar el gas en GNL y venderlo al mundo. En este caso puntual, “el mundo” también podríamos ser nosotros; pero no estaría habiendo cupo de transporte, y habría que negociar la compra del licuado, y traerlo por buque.

Toda esta trenza que pudo haberse resuelto garantizando la corrección y continuidad del proceso licitatorio en noviembre de 2023, por vociferaciones y especulaciones de contratación directa que no salieron, llevan a las provincias del norte argentino – otra vez – a una situación de postergación.

El lector puede pensar que hay impericia desde el Gobierno. Tal vez… Pero tiene olor a que “el negocio al final no salió. Una cagada”.

El mercado es así… ¿o no?

Fuente: Econojournal

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