Nicolás Maduro y Gustavo Petro mantuvieron una prolongada reunión en Caracas días pasados. La agenda giró en torno a recomponer los temas comunes a ambos países y a construir posturas para la región.
Redacción
Los mandatarios de Colombia y Venezuela volvieron a reunirse luego de seis años. Gustavo Petro y Nicolás Maduro mantuvieron un encuentro por más de dos horas en la sede gubernamental de Caracas, lo que significó la reanudación de relaciones diplomáticas formales entre ambos países, luego de estar interrumpidas desde 2016.
Entre las declaraciones posteriores al encuentro, Petro hizo referencia a que separar dos naciones vecinas es “antinatural” y “suicida”. Maduro por su parte, hizo referencia al “destino común” que tiene ambos países.
Respecto de los temas conversados ambos mandatarios fueron cautos y escuetos, pero se refirieron a los planteos esperados. Maduro, expresó que se tocaron aspectos relacionados con las relaciones comerciales, económicas, y los “nuevos pasos” que darán “hacia una apertura total y asegurada de las fronteras entre Colombia y Venezuela”, así como también de “la seguridad y funcionamiento debido y correspondiente” de la zona fronteriza. Sobre esto último, Petro aseguró que se reestablecería la coordinación de organismos de inteligencia de los dos países para atacar la acción de bandas armadas en la frontera.; y que acordó con Maduro en que hay que “recuperarla por completo”.
Luego se mencionaron temas de alineamientos regionales e internacionales, como ser el regreso de Venezuela a la Comunidad Andina de Naciones (CAN), y la construcción de una postura conjunta para la defensa del Amazonas en la COP27 que se desarrollará la próxima semana en Egipto.
Las situaciones que habían distanciado a ambos países databan de las presidencias colombiana de Álvaro Uribe entre 2002 y 2010, a raíz de la salida del Venezuela de varias empresas y la nacionalización de otras por parte del ex presidente Chávez. Posteriormente, con la elección de Maduro en 2013 y la campaña de acusaciones encabezadas por Estados Unidos, respecto de supuestas irregularidades en la elección del todavía presidente venezolano, mantuvieron las relaciones en tensión entre ambos países. Por eso entonces, Colombia era gobernada por Juan Manuel Santos.
Cuando Iván Duque asumió la presidencia en Bogotá, se sumó a la ola de reconocimientos a Juan Guaidó como “presidente interino” venezolano en 2019 y convirtió a Colombia en la sede regional de la oposición a Venezuela y a Maduro, con fuerte impronta estadounidense.
Con la llegada de Petro al poder Colombia marcaría un final al alineamiento total y acrítico con Estados Unidos. De hecho, funcionarios del Departamento de Estado yanqui, se refirieron a que deben volver a convocar a la diplomacia del aislamiento de aquellos países que consideran “dictaduras”.
Petro sin embargo, bregará por que Venezuela vuelva por voluntad propia a integrarse a los distintos organismo internacionales, como la ya mencionada Comunidad Andina y el sistema Interamericano de Derechos Humanos. Sin dudas la victoria de Lula Da Silva en Brasil sea útil para recomponer las fisuras continentales. A Brasil también le conviene, pues salvo con Chile y Ecuador, posee fronteras comunes con todos los países del continente.
Fuente: CLAE / Rebelión