Por un lado, buena cosecha y perspectivas de buena siembra. Por otro, ataque sistemático hacia el mercado, al consumo y a la industria.

Redacción

Desde la cadena del algodón tuvieron una abundante cosecha, pero una crisis importante en el sector textil a partir de la crisis anunciada. La fuente de la cual tomamos algunos datos o consideraciones proviene de uno de los referentes de la Asociación Argentina de Desmotadores.

En la cadena algodonera, el eslabón de los desmontadores es – en criollo – los que acopian el capullo de algodón y separan la fibra, de la semilla y de la cápsula (ramitas, y restos del capullo).

Los productores algodoneros afirman que la cosecha fue buena la cosecha, a pesar de la sequía inicial y las probabilidades de heladas; además de que se prevé una siembra muy buena. El factor fundamental según los productores, es la disponibilidad de buenas semillas y las buenas perspectivas de exportación; aunque la inquietud está en la capacidad de consumo del mercado interno.

Es decir, el problema que se avizora en el sector es en la cadena textil. Estiman que el segundo semestre sería complicado, si la recesión que se promete resulta real. La preocupación gira en torno a los 550.000 puestos de trabajo en riesgo.

Desde el sector desmontador afirman: «La exportación es muy buena, seguro que es excelente, pero son mercados muy volátiles, mientras que la necesidad de trabajo de la gente que está dentro del sector textil es permanente, no es transitoria».

Asimismo, está en expectativa la posible importación barata y de mala calidad de parte de centros textiles como China, India, Bangladesh o Vietnam que cuentan con la más alta tecnología, pero asimismo con costos por debajo de la media. Para Argentina, es imposible competir contra esos márgenes.

El mensaje final es tal vez, es lo mencionado al principio de la nota: las economías regionales están desprotegidas, y es una situación que atraviesa a todos los sectores y no solamente un problema del algodón.

Cierran los desmontadores con una frase más que elocuente: «En Argentina somos 46 millones de personas y con el centralismo no resolvemos el problema, por eso tenemos que diversificar la producción hacia los distintos puntos de la Argentina que necesitan sí o sí desarrollarse, ya que de lo contrario vamos a seguir llenando de villas miseria, con gente que dispara a las grandes ciudades porque en el interior no hay trabajo», analiza. 

Fuente: Diario Norte