Con el conflicto desatado a partir de los desacuerdos para la firma del tratado de Libre Comercio con la Unión Europea, se espera una reunión del bloque con algunas discusiones que quedarán sin resolver. Paraguay asumirá la presidencia pro-tempore.

Redacción

Hoy y mañana tendrá lugar en Río de Janeiro una nueva cumbre del MERCOSUR, donde Argentina estará representada por Alberto Fernández y la número dos de cancillería, Celicia Todesca. La reunión tendrá además, tendrá varios aspectos especiales.

Por un lado, Brasil deja la presidencia pro-tempore y la asumirá Paraguay. En segundo lugar, se espera el anuncio sobre la formal incorporación al bloque de Bolivia. Tercero, lo que mayor revuelo ha generado en los últimos días: la discusión respecto del Tratado de Libre Comerio con la Unión Europea (UE).

Así, se espera para el cierre de la cumbre la asunción del mandatario paraguayo, Santiago Peña, quién coincidió con Lula en que, si el acuerdo no se firma, será la “intransigencia” europea la que no lo permita.

El punto de discusión el simple: el Tratado a grandes rasgos consistiría en que el MERCOSUR exporte hacia la UE, materias primas sin valor agregado y que al mismo tiempo su cadena de producción esté adaptada al parámetro “verde” de los europeos. Nuestros países deberán por tanto no sólo adoptar cambios en los procesos de producción, tecnologías y recibir los controles necesarios; sino que al mismo tiempo tales innovaciones serían las que impulse la UE.

Esta condición de mínima tiene dos consecuencias inmediatas: primero, al productor le aumentarán significativamente los costos; y segundo la incorporación de métodos, tecnologías y esquemas productivos, subsumirá aún más a los países del MERCOSUR en las condiciones de dependencia en las que subsiste.

Las principales voces disidentes al tratado, son las de Argentina y Francia. La postura de nuestro país, es lógica pero extemporánea. Los términos del acuerdo se conocen hace tiempo y a pesar de las criticas de diversos sectores de la producción, los medios y la opinión pública, las voces oficiales desde el Gobierno no se habían conocido hasta el momento.

Hay dos factores que incidieron en esto. El primero, el “superministro” de Economía y afines, Sergio Massa, fue quién condujo el país desde su asunción en mayo de 2022 hasta el pasado 20 de noviembre tras perder las elecciones presidenciales contra Javier Milei. Massa en ningún momento se manifestó públicamente en contra de lo planteado por la UE. El otro factor, es que el presidente abdicante, Alberto Fernández, retomó institucionalmente cierto rol de conductor de la transición, “dejando hacer” al gobierno electo. Por lo tanto, es probable que pretenda que la decisión sobre la postura de nuestro país la tome el próximo mandatario.

La postura francesa es también comprensible desde su lógica imperial. Macron debe velar por su propio complejo agropecuario que es tal vez el más importante de Europa. Las desregulaciones arancelarias que propone el tratado, si bien son mayoritariamente perjudiciales los países del MERCOSUR, también afectan a Francia. Por lo tanto, lo que se propone Emmanuel Macron, es que los términos sean convenientes a la UE, pero principalmente a su país.

Así, tanto Lula Da Silva como el mandatario alemán Scholz, son los encargados de limar las asperezas e intentar convencer a los díscolos de cada bloque. Si bien el Presidente brasilero manifestó la voluntad de hacer esfuerzos adicionales, también se encargó de decir que para el caso argentino, el próximo domingo cambia el gobierno y las decisiones estarán en manos de otro mandatario.

Francia y Alemania tienen por su parte, sus pujas regionales. La asumirá en los próximos meses la presidencia de la UE. Macron ya anunció que viajará a Sudamérica para hablar con el MERCOSUR al respecto del Tratado, pero fundamentalmente con Lula.

Veremos qué sucede en el camino.

Fuente: Cancillería Argentina / MERCOSUR / Télam