Brasil logró aprobar la nueva normativa tributaria que pretender reestructurar el esquema fiscal de ese país, en beneficio de la producción sin afectar la competitividad internacional, ni el costo de vida de la mayoría de la población. De esta manera, el hermano país iniciaría una transición de una década hasta consolidar de manera integral la estructura impositiva.

Redacción

El Congreso de Brasil aprobó la semana pasada una reforma tributaria que – según se anunció oficialmente – simplificaría el cobro de impuestos a empresas y consumidores. La iniciativa fue impulsada desde el Poder Ejecutivo por el propio Lula da Silva.

La aprobación de la norma, se constituiría en la primera reforma sobre el sistema de impuestos al consumo en casi 60 décadas en Brasil. Según el parte del gobierno brasilero, en varias oportunidades se había intentado tal reforma a un estado de situación que databa desde 1985.

La nueva legislación facilitaría un sistema complejo y burocrático, aliviaría las cargas en inversiones y exportaciones, y reduciría la tributación que recae sobre la población más pobre.

Según se explicó, el nuevo esquema fusiona cinco impuestos sobre el consumo en uno, el Impuesto sobre el Valor Agregado (IVA). Al mismo tiempo, este sería desdoblado en un tributo federal y otro estatal. Por otra parte, reduciría las alícuotas en sectores como salud, educación y artículos de la canasta básica, y da incentivos a fabricantes de vehículos eléctricos y a los que se abastecen con biocombustibles.

Tras los anuncios se especificó que el proyecto contempla una transición hasta 2033, cuando serán instituidos completamente todos los nuevos impuestos. Al mismo tiempo, la alícuota del IVA será determinada posteriormente en una ley, aunque se prevé que ronde el 27%, uno de los mayores en el mundo, según las últimas estimaciones del ministerio de Hacienda.

Como contrapartida, el Ejecutivo aseguró que esa cifra, que arrastrará el consiguiente aumento de la carga tributaria sobre el sector de servicios, será aliviada con compensaciones.

La reforma tuvo sus críticas y negociaciones en el trascurso del proceso. De allí que el Senado brasilero haya realizado cambios relativos a la ampliación del abanico de sectores que se beneficiarían de un régimen preferencial (transporte, combustibles, bancos, loterías y otros).

Ante esto, el sector industrial alegó que elevar la alícuota del IVA es “un error”, porque sin las excepciones debería establecerse entre 21 y 22%; aunque la medida podría ser beneficiosa en cuanto al proceso de productividad del complejo industrial brasilero que mostró crecimientos cercanos al 3% en 2023.

Fuente: ANB / AFP