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No hay derrame económico en Neuquén

Las noticias que llegan desde Neuquén no son favorables para el mundo trabajador. Dos fuertes denuncias tomaron el espectro de esa región en las últimas horas. Por un lado, los precios de los productos de la canasta básica y esencial alimentaria. Por otro, el sector petrolero en plena crisis por el descenso del precio internacional del hidrocarburo derramó desastre en el sector de las pequeñas empresas prestadoras de servicios en la actividad. Redacción

Según los diferentes informes oficiales y de los sectores que nuclean a comerciantes y consumidores, la suba de precios oscila entre el 50 y el 70% desde que se declaró el distanciamiento social a fines del mes de marzo. Leche, harina, aceite y yerba mate encabezan los sobreprecios; y las ciudades de San Martín de los Andes, Añelo y Confluencia son los lugares dónde se registran los mayores aumentos.

Si bien la únicas medidas adoptadas por los entes de control son las sanciones sobre los comerciantes, y largas exposiciones ante las dependencias de Defensa del Consumidor, los diagnósticos de los mismos afectados concuerdan en que los costos se incrementan por la escasez de los volúmenes de abastecimiento, los costos logísticos y la alta concentración de las bocas de comercialización tanto minoristas como mayoristas.

La sequedad petrolera

En el caso petrolero, la Cámara Empresarial de la Industria Petrolera y Afines de Neuquén (Ceipa), reclamó mediante una serie de medidas que el Estado toma las riendas de las crisis del sector, advirtiendo que el 35% de las pequeñas y medianas empresas podrían cerrar en forma inminente y afectar al 40% de los trabajadores del sector.

Según la entidad desde antes de declarada la pandemia ya se afrontaba una caída del 30 % en la actividad directa y el 50% en la indirecta.

El plan de medidas que propone CEIPA propone un acuerdo con el sector gremial para contener la crisis y aplicar los planes RePro para cubrir las necesidades de los trabajadores suspendidos. Promover formas se asociativismo que permita reducir las inversiones individuales, y solicitar la prórroga de impuestos y tasas nacionales, provinciales y municipales. A la vez, de solicitar plazo de gracias en el financiamiento de créditos por 180 días al sector bancario. Poco se le reclama a las empresas multinacionales y prestadoras de servicios logísticos que son las que han determinado la dinámica del sector y los vaivenes económicos en la región.

Además, todos los pronósticos del sector privado apuntan a que el Estado garantice el precio del denominado “barril criollo” – a U$S 45, independientemente de lo que suceda en el mercado internacional y lo que demanden las necesidades internas. En tal sentido, los pronósticos estiman que en el mejor de los escenarios las perdidas implicaran sumas irrecuperables desde agosto de 2019 a fines de abril por 1.500 millones de dólares. El peor de los escenarios plantea, que para fin de 2020 el sector se habra reducido al 50% en la región, con las consecuencias productivas y socales que implicaría.

Resulta curioso, para finalizar que ni las pequeñas empresas prestadoras de servicios petroleros, ni los estamentos estatales de la región, plantean de firme la nacionalización de los hidrocarburos y la completa estatización de la empresa petrolera de bandera YPF.

Fuentes: CEIPA, Cámara de Comercio del Neuquén, Gobierno de la Provincia de Neuquén

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