Mendoza y los derivados de la ganadería menor. Una actividad que más allá de la sequía, atraviesa otros factores ligados al consumo y a las cadenas concentradas de comercialización, que atentan contra el trabajo nacional, las culturas tradicionales, y los circuitos económicos regionales.

Redacción

Los productores ganaderos de áreas del secano y de montaña, principalmente ubicadas en el centro y sudoeste de la provincia de Mendoza enfrentan desde hace varios años el problema de la disminución de las nevadas, lo que repercute directamente en la disminución de pasturas. Loa animales caminan varios kilómetros entre los cerros encontrar alimento suficiente.

Por otra parte, los puesteros productores mencionan, que en los últimos años la esquila se realiza entre fines de diciembre y principios de enero; aunque la actividad ya genera poca expectativa de venta de la lana, dado que no consiguen compradores que paguen precios adecuados. Las tareas las llevan a adelante como parte del cuidado y la conservación animal; de cara a que no se vean afectadas por las altas temperaturas de verano.

Otro subproducto que tampoco tiene mercado es el cuero de cabra. Lo que manifiestan es que directamente dejó de interesar o los precios son muy bajos, y no permiten cubrir otros gastos que tiene los productores. Solamente el costo del combustible para trasladarse a la barraca de venta, es superior a lo pagado por los cueros.

Según ellos, años atrás, mediante la venta de la lana y el cuero, se proveían de mercadería para una buena parte del año.

Por lo tanto, los recursos de supervivencia en este momento, son la venta de animales, su carne; o bien el guano. Respecto de este último, se abrió una ventana económica para los pequeños productores ganaderos, habida cuenta del interés que ha cobrado en el mercado la producción agroecológica de verduras y hortalizas. Asimismo, el guano es demandado por algunos vitivinicultores.

Con este subproducto, han logrado en buena parte reemplazar lo que otrora ingresaba por los cueros y la lana. El fuerte de la actividad productiva llega sobre fines de año, cuando se produce la mayor demanda de chivos y corderos.

Lana, cueros, guano, ejemplares y carne. Todos productos derivados de la actividad de la ganadería menor, que movilizan pequeños circuitos económicos locales y regionales no sólo de Mendoza, sino de varias regiones del país. Trabajo argentino sobre el cual los estados provinciales y municipales tendrían que empezar a poner el ojo; y apoyar encabezando la demanda y agregado de valor de los mismos.

Fuente: Diario Los Andes